Los huéspedes

Crítica de Agustín Llanos - Madzine

M. Night Shyamalan es un director que venía muy golpeado. Después de empezar su carrera con películas increíbles como Sexto Sentido, Señales y El Protegido, se ganó apodo de “el nuevo Spielberg” tanto por la crítica como por los espectadores, y hasta algunos se arriesgaron a compararlo con Hitchcock. Sin embargo, algo salió mal en el camino. Muchos dicen que empezó con La Aldea, que a mi me pareció tremenda -y mucho mejor cuando la volvía a ver años más tarde- pero es claro que con La Dama en el Agua las cosas ya no eran las mismas para Shyamalan. Su siguiente proyecto un gran fracaso, pero no fue hasta The Last Airbender que lo vimos tocar el fondo con una terrible adaptación. Finalmente, After Earth fue una película chata donde mostró su gran incompetencia como director y volver a ver algo de Shyamalan en los cines sonaba como una locura -y un suicidio comercial por parte del estudio que ponga la plata.

Sin embargo, hay algunos estudios que deciden arriesgarse en el cine. Este es el caso de Blumhouse, un estudio que se especializa en hacer producciones independientes con muy bajo presupuesto y luego sacarlas al mercado a través del sistema de distribución de los grandes estudios. Su primer acierto fue Actividad Paranormal en 2009, con un presupuesto de $15000 dolares y generando $193 millones mundialmente. Así también hicieron Insidious, The Purge, Sinister y finalmente en 2015 se decidieron arriesgar con Los Huéspedes, un guión escrito por M. Night Shyamalan con un presupuesto de sólo $5 millones de dólares -más o menos para que tengan con qué comparar, After Earth tuvo un presupuesto de $130 millones.

Luego de esa introducción podemos empezar a hablar de lo que nos compete. Los Huéspedes trata de dos hermanos que van a conocer a sus abuelos por primera vez, mientras su madre se va a un crucero con su novio. Uno de los niños, Becca, decide filmar un documental sobre sus abuelos para ayudar a su madre a superar algunos traumas de su pasado, y también para conocer algo más de sus abuelos. Pero, mientras transcurre su estadía, los niños van descubriendo oscuros y extraños secretos.

La película empieza su transcurso lentamente, con la madre de los niños siendo entrevistada frente a la cámara. Este es un recurso muy válido que vamos a ver repetidamente a lo largo del film, por el medio del cual el director nos va contando información de los personajes relevante para la trama y que más adelante tendrán relevancia. Luego, de a poco los niños van descubriendo cosas de sus abuelos, como un juego. Esto de espiar a los más grandes, a lo desconocido, tal vez deseando encontrar algo raro y malo. Por supuesto que los abuelos responden a esta inquietud, generando más preguntas y dudas sobre su bienestar, y generan más y más suspenso en el espectador.

El recurso de cámara en mano -que hoy ya se ha convertido en un género de por sí- está muy bien empleado y se diferencia de otras películas como Cloverfield, en donde algunos movimientos de cámara se ven muy forzados. Acá sentimos que son los niños que llevan las cámaras, se puede comprender el nivel de habilidad de encuadre fotográfico que puede llegar a tener una persona de esa edad, aunque en algunas tomas, por la necesidad de la escena, podemos llegar a entrecerrar los ojos diciendo “¿justo se le cayó la cámara y quedó apuntando hacia donde están sucediendo las cosas? Que conveniente…”.

Los actores interpretan muy bien los roles y establecen los dos “equipos”: Los abuelos y los niños. Los abuelos, estas personas que son familiares de nuestros protagonistas pero que sin embargo también son desconocidos, que parecieran ser buenas personas pero que muestran ciertos comienzos -o no tanto- de demencia senil. Lo aparentemente bueno, salpicado de algo que está muy mal. Y luego los tenemos a los niños, esta pareja dispareja que se desprecian, pero que sin embargo al momento de verse en aguas turbias se juntan y se convierten en algo más fuerte. Los momentos de tensión y de “susto” están muy bien construidos y el ambiente de miedo y suspicacia de los niños es palpable en todo momento.

Al finalizar el film vi muchas cosas Shyamalan, algunas relacionadas con Señales, otras con la Aldea. Algunos momentos o partes de la trama que me hacía volver a esos films. Y no lo digo de forma positiva, sino tal vez como un recurso que el director vio que funcionó bien alguna vez y replicó en este guión. Sin embargo al final de cuentas quedé muy contento con el resultado (los últimos 20 minutos son lo mejor, a mi parecer), y contento también porque parecería que Shyamalan está recuperando la confianza que una vez supo tener para abordar proyectos cinematográficos. Y si bien esta película no está a la altura de ninguno de sus mejores proyectos, si supera ampliamente a sus cuatro últimas películas que estuvieron en un nivel muy bajo.

M. Night Shyamalan podría estar de vuelta. Ya se sabe que tiene un nuevo proyecto (creo que en estos momentos lo está filmando) con el actor James McAvoy como protagonista y que de a poco los estudios vuelven a confiar en él. Lo que tiene que hacer ahora es reever los errores de su pasado, aprender y corregir, y esperemos que nos pueda volver a sorprender como alguna vez lo supo hacer.

puntaje: 6 – Si bien tiene buenos momentos y un buen final, la película le queda chica a Shyamalan.