Los hijos del Diablo

Crítica de Lucas Rodriguez - Cinescondite

The Hallow poco y nada tiene de hijos y Diablo, como su título local lo indica. El personaje principal teme por la seguridad de su esposa e infante hijo, pero el Diablo acá no tiene nada que hacer, aunque sí hay un bosque encantado, pero no con el encanto que presenta la factoría Disney. El encanto del bosque irlandés del film de Corin Hardy es una fuerza mucho más arcana y antigua de lo que parece, y defiende su hogar a como de lugar. Y lo que en un principio parece una de terror más, se va tornando en una pequeña gema entretenida y escalofriante.

En su primer largometraje, Hardy y su colega Felipe Marino juegan con muchas de las nociones del género, las van apilando una encima de la otra, haciendo perfecto equilibrio entre un subgénero y el otro. El núcleo de la trama es una fábula oscura y retorcida, que da paso a trazos de criaturas nocturnas, a la invasión hogareña, a la posesión y hasta al horror corporal. Puede parecer demasiado para una sola película, pero es material más que suficiente para que Hardy se despache con su historia con bajada de línea ecológica y todo.

Para Adam y Claire, lo que debería ser un paseo en el bosque -ejem- se torna poco a poco en un acecho feroz y despiadado. Ambos no saben en lo que se han metido, ya que no creen en la superstición local acerca de una fuerza sobrenatural que defiende su territorio, pero casi de inmediato sabrán a que se enfrentan. La labor de Joseph Mawle y Bojana Novakovic ayuda mucho a generar empatía desde el principio; la pareja es muy racional y a medida que el horror llega en oleadas, hacen lo imposible para defenderse de algo que por lógica pura no debería existir, pero lo hace. Y no tardan mucho tiempo en dudar de ello. Al momento que el bosque hace acto de presencia mediante sus terroríficos habitantes, Adam y Claire se ponen en pie de guerra para defenderse.

Y Hardy no pierde tiempo alguno en captar todo este horror en pantalla, ayudándose mucho de la localidad elegida para la acción, con bellísimos paisajes tanto de día como cuando cae la noche. Pocas películas del género enganchan al espectador de la misma manera que lo hace The Hallow y para cuando termina, uno se queda con ganas de más, de conocer a fondo toda la mitología que el director desperdiga durante cada fotograma del film, cual pistas para ir reconstruyendo esta fábula desde cero.

The Hallow es un promisorio primer capítulo en la filmografía de Corin Hardy, un sólido paso hacia adelante que promete muchísimo talento en el futuro, y que si uno entra a ver con pocas expectativas, sabrá disfrutar de las macabras sorpresas que le depara este suculento y oscuro bosque encantado.