Los hijos del Diablo

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Monstruosos guardabosques

Los últimos años son testigos de una renovación del cine irlandés, con películas de variada temática y un tono conceptual donde se destaca una prolija fotografía y una velada intención comercial. The Hallow (título original de este film) concentra todas estas características en el género del horror. En momentos en que (en un futuro no tan distópico) los países tercermundistas pagan su deuda con recursos naturales, el conservacionista Adam Hitchens, habitante, junto a su mujer y su pequeño hijo, de una cabaña en un bosque irlandés, descubre a un animal descuartizado por un extraño virus. Días antes de que se inicie el desmonte, desoyendo la advertencia de un vecino respecto de un espíritu maligno que resguarda al bosque, Adam vuelve a internarse en él, y a su regreso la cabaña es acosada por monstruos que parecen mutantes salidos de un jardín botánico. Pese a que las criaturas fueron cuidadosamente diseñadas para parecer reales (el director Corin Hardy fue amigo y confeso fan de Ray Harryhausen, pionero de los efectos especiales), y a guiños hacia relevantes films como El laberinto del fauno y Los perros de paja, la película, buscando resaltar lo creativo, falla como film de género.