Los fuertes

Crítica de Daniel Lighterman - Visión del cine

Con una historia de amor entre dos jóvenes en un pequeño pueblo pesquero en el sur de Chile, Los fuertes cuenta una hermosa historia sobre el paso a la adultez. Se puede ver on demand en Puentes de Cine.
Lucas es un joven arquitecto que vuelve a visitar a su hermana que vive en un pequeño pueblo marítimo en el sur de Chile. Ahí, inesperadamente, conoce a Antonio e inmediatamente conectan emocionalmente. Pero la floreciente relación entre ellos tiene que enfrentarse no sólo a los prejuicios de una sociedad que no se muestra abierta a aceptarlos, sino también a los propios planes que cada uno tiene para el resto de su vida.

En un principio, Los fuertes cuenta una historia bastante habitual en el cine de temática LGTB. Un amor que empieza a surgir y un entorno hostil que toma forma en un par de pueblerinos que le tiran una piedra a Lucas, una pelea con sus padres que, si bien se trata de forma muy discreta en el film, puede vislumbrar su origen en su elección sexual e incluso los problemas laborales de Antonio, que marcan las formas de una sociedad que hace caso omiso de los comportamientos que consideran inmorales sí y sólo sí quien los comete se muestra discreto.

Pero para la relación de Lucas y Antonio el entorno no es su mayor adversario, y eso distingue a Los fuertes de muchas otras películas. Su relación está signada por los sueños que cada uno tienen por separado. Antonio quiere seguir los pasos de su padre y transformarse en el mejor pescador del pueblo y Lucas quiere cursar una especialización en Canadá. Estos mismos sueños, que marcan el paso a la adultez de estos jóvenes, son al mismo tiempo la sentencia de su amor. Y en definitiva de eso también se trata el film, no sólo del romance entre ellos dos, sino del paso a la adultez y las duras decisiones que ello conlleva.

Los fuertes se toma el tiempo de describir la idiosincrasia de Chile (que coincide en muchos aspectos con la del resto de Latinoamérica) reflejando la mirada prepotente que tienen las grandes ciudades sobre el estilo de vida de los pueblos del interior del país. Lucas se muestra reticente a aceptar que el deseo de Antonio de ser el mejor pescador posible es tan válido como el suyo de continuar sus estudios académicos.

Sin dudas Los fuertes son Lucas y Antonio, ya sea por sobreponerse a los prejuicios de la sociedad para poder ser felices o por poder anteponer sus deseos más íntimos, aun a riesgo de no poder concretar su historia de amor. Pero también están los otros fuertes. Aquel en el que Antonio representa incansablemente para los ojos de los turistas la lucha por la independencia de Chile y aquel que descansa solitario en la isla de enfrente (donde él nació), separado de su doble continental por el devenir de acontecimientos históricos y sociales que lo dejaron casi abandonado, tal como ahora parece dejar de lado Santiago al pequeño pueblo en el sur del país.

Los fuertes es una película sencilla, la historia de un amor apasionado que debe enfrentar las adversidades del entorno, pero que también enfrenta a sus protagonistas con sus propios deseos personales, los hace crecer y los acompaña en el camino de la juventud a la adultez.