Los Fabelman

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

La película abre en 1952 con la familia Fabelman llevando a Sammy (Zoryan) su único hijo, hasta entonces, a ver “El Espectáculo Más Grande del Mundo” de Cecil B. DeMille, es tal el impacto que produce en el niño que no puede volver a su vida normal. Es cuando Mitzi (Michelle Williams), su madre lo impulsa a recrear la escena que lo perturba para poder elaborarla, sin intuir que plantaría en su hijo la semilla del cine.

El filme se constituye como una casi autobiografía de Steven Spielberg, en términos de recuerdos mayormente encubridores, de vidas pasadas. Algo que se puso de moda entre los directores, los filmes autobiográficos, desde “Amarcord” de Federico Fellini a “Belfast” de Kenneth Branagh pasando por “Dias de Radio” de Woody Allen, “La Mala Educación” de Pedro Almodovar o “Adiós a los Niños” de Louis Malle, entre muchas otras, claro.

Su padre Burt (Paul Dano) es un investigador en la incipiente industria de la computación, tan requerido