Los extraños: cacería nocturna

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

La secuela del éxito de 2008, "Los extraños: Cacería Nocturna" se diferencia de su original, y entrega una producción que puede dividir aguas. Primer década del Siglo XXI, muy diferentes entre sí, dos películas se convirtieron en inesperados éxitos, e inmediatamente crearon expectativas alrededor de sus secuela. "Jeepers Creepers 3" llegó a fines del año pasado, luego de catorce años de esperar para “cerrar” una trilogía.
Lo que había comenzado como una propuesta original, y había sido convertido en algo más tradicional durante su primer secuela; pocos comprendieron y menos aceptaron, que su tercera entrega era ni más ni menos que un telefilm de bajo presupuesto, más preocupado en entretener que en respetar reglas sagradas.
Algo similar ocurre ahora en "Los extraños: Cacería Nocturna", tardía secuela después de una década de Los extraños. Aquel film escrito y dirigido por Bryan Bertino, había sorprendido con estilo cercano a la "Funny Games" original de Michael Haneke, o a la contemporánea "Eden Lake".
Un terror, seco, duro, serio, sin necesidad de explicaciones, jugando al encierro, y con un ritmo trepidante que conjugaba un gore solapado (eran los tiempos de la porno tortura y ya nada sorprendía) con texturas de suspenso clásico, haciendo que el espectador sea guiado por las víctimas de la pantalla.
Una producción chica que logró batir récords de taquilla a nivel mundial.
Durante años se habló de una secuela, con el guion ya listo escrito por el mismo Bertino. Varias veces se anunció su producción, e inmediatamente era cancelada o desmentida. En definitiva, un proyecto que a medida que aumentaba expectativas, acumulaba complicaciones. Cuando nadie lo esperaba, todo cambió de manos.
Bertino quedó acreditado como guionista colaborador (cuestiones legales, nada tiene que ver con esta película) secundando a Ben Ketai (el de la secuela de 30 días de noche y The Forest; sí, no tiene las mejores credenciales); y la silla de director recayó en Johannes Roberts, mismo director del reciente éxito tiburoniceo A 47 metros y su próxima secuela.
¿Qué significa este cambio de manos? Un completo cambio de estilo ¿Para peor? No sé, Los extraños cambió."Los extraños: Cacería Nocturna" no es más ni menos que una película dispuesta a entretener.
Es deudora directa del estilo de aquellos slashers directo a VHS (no DVD, VHS), o secuelas divertidas de grandes éxitos. Aquí y allá pueden encontrar escenas que hagan recordar a "Martes 13 Parte VIII: Jason Toma Manhattan "(y/o cualquiera de los slashers de campamento) y el clásico de culto de la dupla Lustig/Cohen Maniac Cop.
Olvídense de ese tono serio y áspero que todos alababan de "Los extraños", de la verosimilitud que adquiría el cartelito de Basada en hechos reales.
Ahora el cartelito sigue estando, pero todos sabemos que es imposible que algo de lo que ocurre en esta secuela sea, aunque sea un poco, cierto. Esta vez, las víctimas se multiplicaron, ya no es una pareja en una casa alejada en medio de un bosque. Ahora tenemos una familia completa.
Ta cual sucedía con la pareja protagónica del primer film a cargo de Liv Tyler y Scott Speedman; en esta familia las cosas no están bien.
En el matrimonio de Cindy (Chritina Hendricks) y Mike (Martin Henderson) hay varias rispideces, sobre todo por la forma de ser de Mike. Sus dos hijos tampoco son joyas, más que nada Kinsey (la crecidita Baileé Madison) que siente celos de su hermano Luke (Lewis Pullman) y lo expresa mediante una rebeldía que llevará a que sus padres decidan llevarla a un colegio pupilo o internado.
Antes de que esto suceda, pasaran una última temporada en familia. Por eso, emprenden viaje hacia una zona de acampe de casas rodantes, en donde los esperan unos tíos. Claro, durante la primera escena de la película, vimos como los tres enmascarados de la primer película se cargaron a un matrimonio mayor ¿Y adivinen quienes son los tíos? Cuando la familia llegué se van a encontrar con que estos tres loquitos achuraron a varios de los habitúes de la zona, y que ahora vienen por ellos
¿Por qué? Porque sí… o como dice una de las asesinas ¿Por qué no?. Básicamente esta inexistencia de razones mortuorias de los asesinos es lo único que se mantiene en pie del primer film.
El resto, fue remplazado por un escenario más abierto; y un ritmo, si bien constante, más inclinado hacia la diversión y que al suspenso. En "Los extraños: Cacería nocturna" hay menos tensión, y más escenas inverosímiles. Asesinos que ahora pueden mostrar el rostro, que demuestran ser cuasi inmortales o sobrevivir a situaciones imposibles.
Víctimas que toman decisiones muy estúpidas, y algunos personajes secundarios de increíble inoperancia. Nada se toma en serio en Los extraños: Cacería macabra, como en aquellos films “berretas” que parece querer homenajear. Estos films tienen su público, y pueden ser todo un placer.
Pero eso sí, no representan el espíritu de lo que fue su antecesora. Una vez pasado el shock de ver que no respetaron al film de Bertino, la experiencia puede ser disfrutable, y hasta celebrar que muchas de sus flaquezas (como actuaciones pésimas, o errores de puesta y continuidad notorios) los vuelve a su favor gracias a ese tono liviano.
"Los extraños: Cacería nocturna" es lo que es, un slashers estilo clase B que recuerda a una época en la que estos estaban muy de moda. No es su primera entrega, tómenla o déjenla.