Los exiliados románticos

Crítica de Marianela Santillán - Proyector Fantasma

Oda al amor efímero

Ayer por la noche en el marco del BAFICI tuvo su estreno a nivel mundial Los exiliados románticos, la nueva película de Jonás Trueba (Los Ilusos), que también se proyecta hoy en el Festival de Cine de Málaga.

Trueba recurre a los ilusos de siempre, es decir, a su grupo de actores fetiche y por ello la trama de Los Exiliados Románticos retoma de cierta forma las situaciones románticas de Vito y Francesco, además se suma Luis, amigo que está aprendiendo francés para el viaje que planean.

Así como hace algunos años vimos a estos personajes recorriendo Madrid, filmando y padeciendo; ahora el trío parte a bordo de su camioneta Westfalia -similar a la vista en Little Miss Sunshine pero naranja- a Francia donde recorren Toulouse, Annecy y finalmente Paris. En el camino se suman Renata, amiga y algo más del torpe e inmaduro Francesco y posteriormente Isabelle, antigua pareja de Vito. Ambas muchachas le aportan frescura a un viaje plagado de bellas locaciones, lenguas diferentes -se habla español, italiano, alemán, inglés y francés- confesiones amorosas -algunas fallidas, algunas fructíferas- y sobre todo diálogos y juegos que una y otra vez invocan y refieren al cine, mientras presentan e invitan a la reflexión sobre la posmodernidad, el amor, la adultez y lo efímero de las relaciones veraniegas.

Aplausos extra a Trueba por la exquisita introducción de Mirren Iza a la trama, además de las melodías que junto a Tulsa, su banda, encandilan y embellecen aún más este film íntimo y sensible hecho sobre la marcha con pasión, arte y libertad, que termina de consolidar a Jonás como uno de los realizadores españoles más prometedores de su generación.