Los espíritus de la isla

Crítica de Alan Prince - CineFreaks

La redención de Colin Farrell.

Dirigida por Martin McDonagh, la historia transcurre en la década del ’20 y está ambientada en una isla de Irlanda donde se narra cómo pega un giro la amistad entre Pádriac (Colin Farrell) y Colm (Brendan Gleeson) cuando este último quiere cortar todo lazo con su viejo amigo sin razón alguna. Algo que Pádriac no termina de entender, buscando que su viejo compinche recapacite, lo que lleva a una serie de situaciones que se vuelven cada vez más oscuras para los involucrados.

El filme es la tercera colaboración de Farrell con McDonagh luego de haberse conocido en Escondidos en Brujas (2008) y repetir fórmula en Sie7e psicópatas (2012). A la distancia, el director fue lo mejor que le pasó a Colin Farrell: aún sin ser un realizador prolífico, siempre lo convocó para trabajar en proyectos que dejaron muy bien parado al actor de Miami Vice (2006). Hoy día las cosas son muy favorables para él pero recordemos que tuvo una época de cosechar escándalos en su vida personal, seguramente producto de sus adicciones, algo que también empañó el desempeño de su carrera.

Protegido por este director, Farrell fue construyendo un perfil mucho más multifacético alejándose de roles de chico malo que en el pasado le habían traído más desgracias que buenas experiencias. Así fue como reconstruyó su carrera en estos años, trabajando con directores como Sofia Coppola, Woody Allen, Yorgos Lanthimos, Tim Burton o Matt Reeves, para citar algunos ejemplos.

Los espíritus de la isla es el resultado de esa vasta experiencia acumulada, que vemos en su composición de Pádriac, un personaje melancólico que sólo busca saber por qué su amigo quiere dejar de serlo. El hombre es tenaz en su insistencia de querer reanudar su amistad, pero también queriéndose un poco él mismo y permitiéndose enojarse. Sin dudas, vemos diferentes capas del sereno Pádriac, que no por nada en la próxima entrega de la Academia de Hollywood Farrell podría llevarse el galardón al Mejor Actor.

Más allá de Farrell, tenemos también a Brendan Gleeson, compañero de set en Escondidos en Brujas, con quien forja una buena química cada vez que interactúan en este nuevo filme, aunque debo decir que las motivaciones son un tanto exageradas, que me pareció lo más débil del filme. En tanto los personajes de Dominic (Barry Keogan) y Siobhán (Kerry Condon) tienen memorables aportes y dejan aún más en evidencia lo solo que esta Colm en comparación con Pádriac.

Una historia de amistad que vale la pena ver.