Los espíritus de la isla

Crítica de Adrián Monserrat - EscribiendoCine

Sátira social de Martin McDonagh con Colin Farrell y Brendan Gleeson

Martin McDonagh ("Siete psicópatas") vuelve a deleitarnos con su ácido humor en este largometraje que funciona como una parábola a las guerras civiles.

Ambientado en 1923 en una ficticia y remota isla frente a la costa oeste de Irlanda, Pádraic (Colin Farrell) sufre el rechazo e incomunicación de Colm (Brendan Gleeson), su mejor amigo, de forma abrupta y sorpresiva. Sin mediar explicación, y ante la atónita mirada de los habitantes de Inisherin, el motivo del enojo unipersonal es un misterio. Utilizando al absurdo como capa superficial para contar algo aún más profundo, McDonagh da una clase maestra de construcción de personajes y desarrollo de sus historias.

Tras Escondidos en Brujas (In Bruges, 2008), el realizador irlandés vuelve a reunir a la dupla Farrell/Gleeson y el suceso se posiciona como uno de los más destacados del año. Con proyección de presencia en los próximos premios Oscar (guión, interpretaciones, dirección y película), Los espíritus de la isla (The Banshees of Inisherines, 2022) nos brinda un duelo magistral entre dos actores que entienden a la perfección la creatividad del dramaturgo.

McDonagh utiliza las características más destacadas de sus filmografía. Humor al límite, diálogos filosos, escenarios cerrados, análisis de la sociedad, amistad, muerte y venganza se unen para una de las mejores películas de lo que va del año.

Los espíritus de la isla es mucho más de lo que muestra. No es solo una historia del quiebre de una mejor amistad, la desigualdad de emociones y un ultimátum caótico. Este film funciona como una analogía exquisita a las causas, desarrollo y consecuencias de una guerra civil. Dos amigos (pueblos, ciudades, países) se enemistan con dos puntos de vista diferentes sobre una misma situación. A partir de allí, todo es violencia, brutalidad y los damnificados se multiplicarán. Cada actor y cada acción de una guerra civil se grafican de manera sagaz y elocuente.

Con un guión capaz de atraparte y hacerte reír, este duelo actoral es para alquilar la mejor butaca posible. Este es un relato visceral, crudo y potente que logrará hacernos repensar sobre las amistades, la guerra y la paz.