Los elegidos

Crítica de Jonathan Santucho - Loco x el Cine

Los visitantes inesperados.

“¿Qué es tan especial sobre nosotros?”, pregunta Lacy Barrett (Keri Russell), mientras su cordura se termina de escapar. Su reacción es lógica. Hace semanas, su familia era sólo otro hogar de clase media estadounidense, uno de tantos lugares de preparación de banderas, barbacoas y fuegos artificiales para el 4 de julio. Pero entonces, ellos llegaron. Primero fueron incidentes casuales: ruidos en la noche, una puerta abierta. Sin embargo, las cosas no tardaron en perder sentido, con misterios tan acumulados como las torres de comida que aparecieron erguidas en la cocina, organizadas hasta el último milímetro para enseñar aquellos extraños símbolos de luz. En días, el acoso se volvió imparable: repentinos brotes psicóticos, ataques kamikazes de cientos de aves y, finalmente, ellos, los grises. Ahora, vacía de lógica y de entendimiento, ella está frente al recurso menos esperado, el investigador paranormal Edwin Pollard (J.K. Simmons), buscando entender una causa, preguntando la causa de su maldición. El experto mantiene su expresión de rutina, y responde.

“Nada”.

Es en esa lucha contra la imposibilidad en lo que se enfoca Los Elegidos (Dark Skies, 2013). El enfrentamiento va por dos frentes. En un lado, se encuentra el drama, en el cual Lacy y su marido Daniel (Josh Hamilton) tratan de mantener la imagen de familia perfecta, y no ser vencidos por los contratiempos económicos, mientras su hijo mayor Jesse (Dakota Goyo) se les distancia al transitar en el camino de la pubertad. Y, por otra parte, está el terror, con la invasión de criaturas extraterrestres, que causan problemas en la casa desde su contacto con el pequeño Sam (Kadan Rockett).

En el medio, aparece Scott Stewart, un ex-artista de efectos visuales cuyos previos créditos como realizador incluyen el combo de Legión de ángeles y Priest - El vengador, dos derivativos y aburridos intentos de alto presupuesto para transformar a Paul Bettany en una estrella de acción. Enfrentado con la limitación de dinero (así es como funciona el nuevo sistema de terror comercial: poco presupuesto, mucha publicidad), el director y escritor vuelve a recurrir al licuado de influencias, con obvios ejemplos que van de Encuentros cercanos del tercer tipo a Actividad paranormal (no es una coincidencia que Oren Peli, director del hit del subgénero de found footage, sea productor de este film).

O y una estructura que va creciendo durante el primer acto, para luego estancarse en la nada tras adelantarse con la causa de su fórmula (esencialmente, imaginen una historia en una casa embrujada donde los fantasmas son reemplazados por alienígenas). Es una tendencia bastante curiosa que se viene dando en el terror: se presenta la premisa, se deletrea a la audiencia la locura que está siendo proyectada, y luego tenemos que ver como la gente en la pantalla resuelve el rompecabezas que ya conocemos de memoria durante la siguiente media hora. La causa de esto, por desgracia, parece un misterio para otras circunstancias.

Por suerte, Stewart también se toma el tiempo de generar una sobria atmósfera de incertidumbre (escenario ideal para el terror) y hace el acierto de darle aire al dilema de sus personajes, metiendo algo de frescura a su gastado concepto con la inserción del cada vez más recurrente tema de la crisis mundial de 2008. Pero quienes aportan la ayuda definitiva a que uno se identifique y preocupe por ellos son Russell y Hamilton, que encuentran simpatía en sus roles de padres derrotistas enfrentados a los designios de la vida.

Es así que, entre la competencia del director para sus protagonistas, el buen trabajo del elenco (que también se eleva con el talento del antes mencionado Simmons por un par de escenas) y un par de momentos que funcionan a la hora de provocar la piel de gallina, Los Elegidos cumple. No será nada del otro mundo, pero cuando funciona, funciona.

@JoniSantucho