Los desechables

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Estados alterados

En Los desechables (2012) Nicolás Savignone (Hospital de día (Buceando en la superficie), 2013) realiza un interesante ejercicio cinematográfico a partir de tres historias independientes que se interrelacionan entre sí en una cuarta.

Un muchacho despertará una mañana y encontrará en su cama a una chica que estaba inconsciente tras un accidente. Una adolescente embarazada y su madre intentarán salvarse económicamente haciéndole firmar un compromiso al supuesto padre de la criatura. Una exitosa actriz hará lo imposible para conseguir el protagónico en la película del director de moda, incluso degradando a su marido hasta límites inimaginables. Tres historias que parecieran que su único hilo conductor fuera la alteración psicológica de los personajes concluirán en un cuarto capítulo cuando los tres protagonistas masculinos sean acusados de la estafa a la empresa para la que trabajan.

Los desechables funciona como un ejercicio en donde lo teatral se fusiona con el cine para dar como resultado un film de una originalidad muy pocas veces visto. Géneros que atraviesan transversalmente cada uno de los episodios sorprenderán a un espectador que será despistado permanentemente por la fantasía y la realidad, el absurdo y la lógica, la comedia y el drama, o el misterio y el thriller psicológico.

Savignone logra que el espectador pueda reírse sin una explicación lógica, pero a la vez preguntarse el por qué sucede lo que sucede. Un porqué que encuentra su respuesta en el efecto espejo que repercutirá en algún momento con algún rasgo de un personaje cualquiera. Psicosis, neurosis y todos los “osis” que forman parte de los seres humanos de hoy son los síntomas de cada uno de estos personajes extremos, que en un punto son el reflejo de cada habitante del mundo de hoy.

Sin grande pretensiones, con más ideas que plata, buenas actuaciones y originalidad narrativa, Los desechables es un interesante ejercicio donde se funde el teatro con el cine que merece al menos una oportunidad.