Los descendientes

Crítica de Marcelo Cafferata - Revoleando Butacas

Grupo de Familia

"Mi familia parece un archipielago,
todos parte de un todo,
pero separados y solos
... y siempre alejándose lentamente"

(el personaje de George Clooney, Matt King, en un momento del film)

En esta época del año, como ya se adelanta en varios de los posteos, es la gran temporada donde se presentan todas aquellas películas que vienen ganando cuanto premio se cruza por su camino e irrumpen en la carrera de los Oscar. Siempre aparecen también algunos productos muy bien hechos pero que si no tuviesen el marketing propio de los Oscar, hubiesen pasado más desapercibidas como "Historias Cruzadas" o las ya estrenadas en su momento sin una gran repercusión como "El juego de la fortuna" y "El arbol de la vida".

No es precisamente el caso de la brillante "Los descendientes”, la última realización de Alexander Payne, el director de "Entre Copas" y "Las confesiones del Sr. Schmidt" y que había llamado poderosamente la atención con la excelente comedia independiente "La Elección". En este caso Payne traza un retrato minucioso pero simple, profundo pero sin grandes pretensiones, de los vinculos que se establecen en una familia tipo (madre-padre-dos hijas) en el medio del paisaje paradisíaco de Hawaii.

Como dice el protagonista en un pasaje del film, por más que el lugar sea paradisíaco, ellos también tienen problemas y no viven de vacaciones y felices todo el tiempo, por más que pasen sus días en un lugar soñado. Es en este entorno de belleza natural absoluta donde se cuenta la historia de Matt King (George Clooney), casado y padre de dos hijas de 10 y 17 años.

Su universo de seguridad y aparente solidez se ve completamente derrumbado cuando su esposa sufra un terrible accidente que la deje en coma con peligro de muerte. Y es en este momento donde Matt tratará de "surfear" las peores aguas cuando su pequeño mundo familiar se desmorona estrepitosamente.

Se pone en evidencia que Matt tiene serios problemas para vincularse con sus hijas, la mayor de las cuales es prácticamente una desconocida para él, al no poder acercarse a su mundo adolescente y es justamente Alexandra (magnífica Shailene Woodley en este papel de hija mayor que hubiese merecido que se la considerase en las nominaciones para el Oscar) quien hará detonar un secreto desconocido para Matt que hará cambiar profundamente su visión del pasado y del presente de su pareja y de su familia.

Paralelamente al relato de su nucleo familiar, Matt atraviesa un momento de lazos endebles y complicados con familia de origen, tomando el rol de la voz cantante del grupo de primos que ha heredado unas tierras de sus ancestros y están precisamente decidiéndose en el proceso de venta a alguna de las corporaciones que proyectan hacer emprendimientos turísticos en la zona.

Con un personaje central tironeado entre sus lazos con el pasado y su presente caótico, el guión del propio Alexander Payne basado en la novela de Kaui Hart Hemmings -cuya edición pocket acaba de ser publicada en el mercado local- maneja sutilmente cada una de las diferentes lineas argumentales sin abandonar en ningún momento el registro de comedia aún en las situaciones más dramáticas.

Sin sobrecargar las tintas y apoyándose en diálogos completamente creíbles y situaciones que logran empatía directa con el espectador, somos testigos del doloroso proceso de Matt y su familia para ir encontrando su lugar y su recomposición atravesando un momento sumamente complicado.

En la máscara de Matt King, a George Clooney se lo siente como pez en el agua después de "Amor sin Escalas" y "Secretos del Poder". Tan preciso y conmovedor en los momentos más introspectivos del film como gracioso en los pasos de comedia que juega ante la sorpresa y las decisiones colaterales que toma cuando su hija le devela ese secreto desagradable, entregando una vez más un gran trabajo.

Como Alexandra, Shailene Woodley logra ese perfil de la adolescente rebelde y contestataria sin trazos gruesos y anclando en su necesidad de afecto y de poder vincularse con su padre.

El resto del elenco acompaña, cada uno en su personaje, de una manera impecable ayudados también por un guión inteligente que plantea, aún en situaciones dificiles lidiando con temas de vinculos familiares, enfermedades, desencuentros, rupturas, despedidas, poder contarlo siempre con una mirada honesta y verdadera, cargada de sinceridad y sencillez.

Una verdadera perla dentro de las comedias de Hollywood que muchas veces no logran encontrar el mix perfecto entre temas serios y una mirada más desplazada hacia el humor que hacia la tragedia, sin dejar de darle la seriedad exacta que cada tema necesita.

Es evidente que Payne maneja estos mecanismos, sabe lo que hace y en el producto final, como espectadores, le quedamos inmensamente agradecidos de habernos paseado durante casi dos horas por hermosos paisajes, maravillas naturales increibles e incluir dentro del tour, un viaje interior a la reconstrucción de cada uno de nuestros vinculos más primarios.

Un viaje hacia ese archipiélago complejo y entrañable que es la familia.