Los descendientes

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Padre en emergencia

Nominado a cinco premios Oscar de la Academia de Hollywood, entre ellos, en el rubro de "mejor película", el nuevo trabajo de Alexander Payne construye una historia de recomposición familliar y de secretos que salen a la luz en los peores momentos.

Los descendientes se establece en el drama y hasta se permite momentos de humor que siguen el estilo del realizador de Entre copas y Las confesiones del Sr Schmidt.

George Clooney (nominado al Oscar) logra un trabajo conmovedor en el papel de Matt King, un padre de familia que debe hacerse cargo de sus hijas mientras su mujer permanece en estado de coma por un accidente ocurrido en el mar. Su rol le permite desarrollar dolor, sorpresa y torpeza.

Sin problemas económicos y dueño de unas tierras heredadas en Hawaii, Matt intenta atar los cabos de un pasado que golpea en el momento menos indicado y lidiar con la crianza de Scottie (Amara Miller), su hija de diez años, y la adolescente Alexandra (Shailene Woodley) de quien estuvo distanciado. Un viaje junto a ellas (y con el amigo impertinente de la más grande) lo encaminará hacia la verdad, la toma de decisiones y el reencuentro familiar.

La galería de personajes incluye a primos interesados que reaparecen por cuestiones económicas cuando se ponen en venta las tierras de los antepasados del clan; un agente de bienes raíces que dispara la trama hacia terrenos más comprometidos; amigos que saben más de lo que hablan y un suegro duro que le recrimina por el actual estado de la esposa de Matt.

El relato, ambientado en escenografías naturales de impresionante belleza, está atravesado por una banda de sonido hawaiana que transmite los ecos de una tragedia y de una herencia familiar incalculable.

Los descendientes hacen lo imposible por sobrevivir en un mar de conflictos y si salen airosos es por la solvencia del elenco juvenil y la presencia de Beau Bridges.