Los cuerpos dóciles

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

La cruda realidad

En un momento de la película, su protagonista Alfredo García Kalb comenta: “Estoy cansado de toda esta realidad”. Y es justamente hacia esa realidad que bien conoce García Kalb a donde nos transporta todo el film. Y la que viven tantas víctimas del sistema penitenciario argentino.
Los cuerpos dóciles retrata a este abogado penalista que se dedica a defender criminales solo por el hecho de pensar de que todos merecen una segunda oportunidad. Su objetivo primordial no es el dinero ni la fama, sino lograr de que esos presos abandonen pronto el castigo que se los obligó a vivir en las cárceles de nuestro país.
El debutante Matías Scarvaci y el experimentado Diego Gachassin siguen con la cámara a nuestro personaje durante poco más de una hora, durante sus largos recorridos por el conurbano, dialogando con los detenidos y con sus familiares. También en su vida cotidiana preparando los casos o tocando la batería o jugando con sus hijos.
En Los cuerpos dóciles veremos las realidades sobre el accionar del poder judicial y cómo actúa sobre las clases menos favorecidas por el sistema económico político y social, logrando que quienes con menos recursos cuentan, siempre son los más perjudicados
Posiblemente el error de la película esté en su corta duración, lo que imposibilita seguir ahondando en esta terrible problemática de la justicia penal, y que muchos de esos escasos minutos sean dedicados más a poner en relieve a García Kalb (por momentos pareciera que está actuando como para salir heroico en la trama).

Lo más valioso del film, es que se mete con personas, conflictos y en lugares donde no muchas películas se han animado. Y vale la pena ver cómo la letra chica de la Ley se baja a la práctica, y cada uno la usa como mejor le conviene.