Los cuerpos dóciles

Crítica de Luis Zas - Leedor.com

Adiós a los cuerpos

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Diego Gachassin y Matías Scarvaci están a cargo de este documental sobre la vida del abogado penalista Alfredo García Kalb.

Ya desde el titulo sabemos cuál es el concepto de los realizadores sobre el sistema carcelario: en el capítulo “Disciplina” del libro Vigiliar y Castigar de Michael Foucault hay un subcapítulo llamado Los cuerpos dóciles, allí la noción de docilidad une al cuerpo analizable y al cuerpo manipulable, el qué y el para qué del sistema carcelario.

V y C

Con esa referencia, los directores podrían haber pensado el film como un apoyo documental para ilustrar los análisis de Foucault, pero esa tentación es lúcidamente superada gracias a la centralidad de Kalb, quién lleva adelante la defensa de dos jóvenes marginales y mediante ese proceso pone en tela de juicio al aparato judicial argentino y su sistema carcelario.

Kalb primero trata de ganar la confianza de esos jóvenes, sabe que cometieron un delito pero también agrega que ya el sistema social en el que viven los ha encerrado en la pobreza y en la ignorancia, por lo que el sistema y sus medios de propaganda los estigmatizarán como maleantes hayan o no hayan delinquido.

kalb y la carcel

Kalb también sabe que la cárcel no será ninguna solución, en el estado calamitoso en que se encuentran, esos jóvenes soportarán la humillación y la influencia de las escuelas del terror que reinan al interior de las penitenciarías. La prisión, a la postre, será una máquina serial de producción y perfeccionamiento de la delincuencia, funcionando como retroalimentación del gran negocio de las empresas de seguridad que ofrecen sus servicio a una sociedad que ya no sufre que la vigilen sino que vende sus libertades y su privacidad por más seguridad. Paradojas de la era de la redes sociales digitales, el control social se transforma en demanda.

Lo interesante del film es que no se limita a la vida profesional y aborda el vínculo discursivo y corporal de Kalb no solo con los jóvenes acusados sino también con sus hijos y con la música. No es casual que en el plano de la música se dedique a la batería, el instrumento le permite su Catarsis /liberación de energías (sino recordemos las frenéticas presentaciones de Keith Moon el legendario baterista de “The Who “cuyo cuerpo despedía niveles extraordinarios de energía).

kalb

Cuando los jueces emitan el fallo, Kalb y sus representados desarrollan un movimiento que se puede sintetizar en la dialéctica vaciado/llenado. El abogado denuncia el vaciamiento de humanidad que realizará la cárcel con los nuevos presos y como contrapartida tratará de llenar y llenarse de esperanza como una forma de devolver libertad y cuerpos a los presos al terminar la condena, como una forma de indicar que pueden encerrar el cuerpo pero nunca el espíritu.

La música así es un salir del cuerpo, su batería es una gimnasia etérea de la no presencia, del desvanecerse, de ser voz sin imagen que al final encuentra un espacio mínimo en el espejo retrovisor del auto.

kalb y el espejo

Film valioso por centrarse en una figura que encarna la situación social de los barrios marginales y su impulso al delito que tiene el marco conceptual de Foucault como guía pero que no se limita a ser un mero ejemplo para su compresión.

Hoy no hay distancia entre un basural y una cárcel, en ambos se deposita el desperdicio de la sociedad y desde los fusilamientos realizados por la libertadora en el 56’ sabemos que el basural es sinónimo de muerte injusta, indefensa e indigna.

Estrena en el Gaumont el 4 de Agosto.