Los cuadros al sol

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

La triste historia de Salinas Grandes

Salinas Grandes es la protagonista indiscutida de Los cuadros al sol, documental que recupera gracias al uso de fotografías, testimonios y material periodístico esa historia empapada de nostalgia.
Lo que fue ese pueblo construido por una empresa que comercializaba la salina para que lo habiten sus empleados, y que años más tarde quedó en nada, es contado a partir de ex habitantes de Salinas Grandes. Luego de esa introducción se sumerge en un conflicto gremial de mediados de los años 70, para pasar al desarme de la empresa y el traslado de los habitantes a un lugar a 12 K. del lugar (Macachín), para rearmar la fábrica. El último enfoque está dado en el deseo de pertenencia hacia Salinas Grandes y la imposibilidad de volver con la destrucción total de la empresa. De esta forma se va narrando la historia en el documental, logrando un film dinámico, más allá que en algunas oportunidades el conflicto es reiterativo.
Es de destacar el buen uso estético de las imágenes, y el juego entre cada plano y el nombre que le otorga a la película. Su director Arian Frank halló en esas imágenes y el material humano que pudo encontrar en Salinas Grandes la forma más delicada para transmitir la tristeza de esos habitantes. Posiblemente la inclusión de una voz en off es la que nos aísla un poco del relato y por momentos nos aleja del sentimiento de esos hombres y mujeres.

Los cuadros al sol no deja de ser una muy buena variante a la cartelera semanal, que con elegancia nos muestra la historia de un pueblo que desapareció de repente. Y que a muchos otros les puede pasar.