Los Caballeros del Zodiaco: La leyenda del Santuario

Crítica de Jonathan Santucho - Loco x el Cine

Mundo ajeno.

Aunque corro el riesgo de sufrir la ira del juzgado especializado en cultura popular, hoy tan presente como signo de la primera generación nostálgica globalizada, tengo que hacer una confesión: nunca me pude enganchar con Los Caballeros del Zodiaco. En esos hermosos años iniciales del boom de la importación masiva de animé a Latinoamérica, mi atención infantil no estaba depositada en aquellos guerreros protectores de la Tierra; para eso tenía las aventuras destructivas de Goku y Pikachu (aunque, en los días de gloria del hoy fallecido canal Magic Kids, estaba más interesado en las locuras surrealistas de Koni Chan y Yamazaki). Pero de todas formas, la tardía llegada de los dibujos japoneses ochentosos a nuestra región durante la era del uno a uno no tuvo muchos exponentes tan mitológicos o queridos popularmente como los de Seiya y sus amigos, así que estaba dispuesto a darle algo de expectativas al film Los Caballeros Del Zodiaco: La Leyenda del Santuario (Seinto Seiya: Legend of Sanctuary, 2014), sexta película basada en la franquicia que nació del manga de Masami Kurumada en 1986.

Me equivoqué.

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Todo es veloz, con una introducción a un universo que vive en contradicciones. ¿Cómo? Desde la primera pelea, que nos deposita en un mundo hecho por computadora, el cambio en la animación es obvio hasta para quien tiene el menor conocimiento del animé. Uno podría decir que es un intento de modernizar la propiedad, tratando de alejarla de los días de la cruda mano para ganarse a la siguiente audiencia pequeña. Otro podría acertar que esto sólo se hace porque el ordenador es más barato que el ahora infame lápiz, y esto es sólo una capa de pintura innecesaria a una obra que ya mostraba un manejo sublime de la arquitectura o el diseño de sus protagonistas. Para nada ayuda la insistencia, en un intento de satisfacer a los viejos fans, de usar las voces originales del animé en esta nueva producción, que pone un dialecto pasado en un intento fallido de presente tecnológico.

En 2014, el look dado por el director Keiichi Sato es el de un simple videojuego con escenas cinemáticas y todo, que sólo da más capas a las edificaciones y menos distinción a los andróginos personajes. Pero a esto no ayuda el hecho de que, para una película que dura 93 minutos, esta apenas llega a los 20 cuando se trata de desarrollar su historia, con el guionista Kaito Ishikawa reciclando a puro corte y pegado el arco argumental de las 12 casas; ese donde Seiya y los demás santos tratan de llevar a la reencarnación de Atena al santuario protegido por los caballeros dorados de los 12 signos del zodiaco, para salvar al universo. Si eso suena interesante, entonces prepárense para que sus ilusiones sean aplastadas por lo que básicamente es una recopilación apurada de los grandes hits de una temporada, arrojando decenas de personajes a cualquier dirección para compensar el desinterés por el material que no sea el compendio de peleas preparadas por la siguiente hora de metraje.

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Pero, de nuevo, el proceso es inexplicable. ¿Por qué tiran a la pantalla una trama conocida por los fans, que ya la vieron en forma desarrollada? ¿Por qué creen que los recién llegados a la historia van a entender o preocuparse por algo que no tiene motivación, personajes cuyas acciones o virtudes aparezcan (fuera de los imperiosos clichés actuales del mercado), o algo que no consista en puños y habilidades especiales? ¿Cuál es el público de esta película? Olvidable en sus mejores momentos y tediosa hacia el fin de su sobredosis de enfrentamientos ligeros de peso, Los Caballeros Del Zodiaco: La Leyenda del Santuario es como si un mal amigo te obligase a verlo jugar por una hora y media a su hack and slash favorito, pero sin contarnos cual es o porque es tan interesante para él. Y luego, por alguna razón estúpida, decidiera mostrar su gameplay en los cines (seriamente, uno podría ver esto y ahorrarse dinero). Que pérdida de cosmos.