Los bastardos

Crítica de Blanca María Monzón - Leedor.com

Ganadora en Mar del Plata hace un par de años, película dura de Amat Escalante sobre los ilegales y las fronteras.

Daños Colaterales. “Siento que Los Bastardos formo parte de mi, de ciertas consecuencias de mis experiencias y circunstancias de vida, que estaban fuera de mi control. He vivido casi el mismo tiempo en E.U.A que en México. Mi papá cruzó la frontera como ilegal antes de que yo naciera, y se lastimo las manos. Me ha contado esta historia muchas veces, y de alguna manera me pareció extraño el tener que saltar una valla y arriesgar tanto ¿y para qué? Otro familiar cercano cruzo la frontera arrastrándose por una alcantarilla durante 12 horas. Imagino que estas son las semillas de algo que terminó en Los Bastardos, junto con muchas otras experiencias que he escuchado. El guión fue escrito junto a mi hermano Martín, a la distancia…”
Amat Escalante

La experiencia de la violencia, no es un hecho neutral, ya que está hecha por individuos o por instituciones. Por lo tanto no es una tara biológica, ya que los hombres no son animales malvados, pero muchas veces, ésta no puede ser tratada, ni interrumpida y allí es donde a veces se produce la tragedia, y los daños colaterales, que ésta genera.

Los Bastardos es la historia de un hombre y un muchacho, que interpretan papeles similares. Pero que son sobre todo personas/jes, que se desplazan sobre ese gran escenario de la violencia, que son las fronteras, con esa quietud, esa expectativa de la nada, ancladas en un sin lugar, estático y minimalista, como las tomas fijas de la narrativa de Escalante. De algún modo indirecto una alegoría, parecida a los nombres de sus personajes: Jesús y Fausto. Una dicotomía, que se continúa en los dos mundos que muestra el film.

El de la miseria, el hambre, la desprotección y la incertidumbre del mañana representado por los ilegales, y el de una mediana burguesía, que pretende salir del infierno a través de una opuesta estructura económica y social. Pero que realmente sobrevive con la misma soledad y desesperanza, donde lo único que los une es el espanto, la desidia, la confusión y el crack.

Su director, co-guionista y co-montajista Amat Escalante vivió indirectamente a través de su padre y un familiar, la experiencia de cruzar la frontera como ilegal. Y eso es una marca, que ha trasladado a su film. Y es también uno de los daños colaterales, que sirvió de motivación a su director para hacer su segundo largo.

El film comienza con los créditos iniciales en negrita, despojados, minimalistas, alternados con planos fundidos en rojo y ya aparece la tensión. Aunque la primera escena sigue a dos hombres en lo que parece es una gran cañada, casi en tiempo real, lo cual no molesta, sabemos que estamos en la periferia y que esos dos hombres no van hacia una casa, mucho menos hacia un hogar, en todo caso van a la deriva.

Amat Escalante hace un cine, que no es fácil de digerir. Es como esos platos, que una sabe, que pasarán su factura a posteriori, pero que es importante haberlos probado.

¿Por qué? Porque no sólo es un cine diferente, absolutamente despojado de convencionalismos, casi tan brutal, como brutales y humanas son las pulsiones, a las cuales se entregan sus personajes, afectados por sus realidades, y por las consecuencias del consumo de la droga. (Otro daño colateral aunque voluntario). Ocurre además, que Los Bastardos está muy bien hecho. Todo está logrado: Clima, imagen, sonido, guión, fotografía. Lo cual no implica que sea un cine para que el espectador consuma alegremente. Porque afecta… ya que da cuenta de la realidad.

De hecho hay al menos una docena de documentales, que tratan este tema, y que son desgarradores. Pero esto es una ficción. Fausto y Jesús entran en la casa de una mujer que acaba de estar sirviéndole la comida a su hijo, con quien se comunica en forma elemental. La soledad, la impotencia, la sumisión y la droga harán que ella interprete la intromisión de ambos, como una venganza de su marido. El poco conocimiento de la lengua extranjera sumada al consumo de crack, dará lugar a que las pulsiones más bestiales se disparen.

Escalante no cree que los hombres sean paradigmas de bondad o maldad, sino que a veces dependiendo de las circunstancias que los rodean, pueden interpretar el papel del diablo o de Dios, aunque quizás nunca lleguen a saberlo. Es provable que de allí provenga la analogía de la elección de sus nombres.

Lo cierto es, que no puede negársele el mérito de mostrar, que las violencias se remiten una a la otra, y que Siempre una forma de violencia está hecha a imagen de otra.

La escena final se detiene en el rostro de Fausto cosechado frutillas, mientras las lágrimas caen en un rostro marcado no sólo por el sol, sino por los daños colaterales e irreparables, que dejan las tragedias.

Premios y Festivales

Estreno mundial en Selección Oficial Un certain Regard Festival de Cannes

Mejor película Latinoamericana - Festival de Mar de Plata. (2008)
Segundo premio de la Crítica Internacional - Festival de Cine de Lima.
Mejor película - Sección Nuevas Visiones, Festival de Cine de Sitges
Mejor película - Sección Largometrajes mexicanos, Festival de Cine de Morelia
Mejor director - Festival Internacional de Cine de Bratislava
Premio especial del Jurado - Courmayeur Film Noir Italia