Los amantes

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

El amor duele. Es verdad. No es tan solo el título de un exitoso tema musical de los años 70. El amor duele y sofoca a veces, y nos lleva a impensables acciones en pos de no vernos heridos por ello.
Y además nunca aprendemos. Algo así es lo que le pasa a Leonard quién intenta suicidarse por un amor no correspondido, y además sufre transtornos bipolares, y por ello debe instalarse a vivir con sus padres. O sea venimos mal desde el vamos.

Pero como la vida al decir de aquél otro "frikie" cinematográfico llamado Forrest Gump: "Es una caja de sorpresas", a Leonard se le cruzan casi al mismo tiempo dos mujeres: Sandra (hija de flia. amiga, encantadora, etc) y por otro: Michelle (atractiva, exótica, conflictuada, etc), lo cual tornará dificultoso el desarrollo de la historia para que Leonard opcione -guión fílmico, muy bien llevado por cierto por el realizador James Gray-, pero se sabe solo los musulmanes permiten tener acceso a dos mujeres al mismo tiempo.

Hay que decir que este filme es una sorpresa ya que no solo tiene valores en su haber, como actuaciones meritorias: Joaquín Phoenix está excepcional, creible, notable como Leonard; Vinessa Shaw que ha laburado con Woody Allen tiene esa impronta de mina sensible, bella, ideal en su papel de Sandra, y Gwyneth Paltrow muestra que no es tan híbrida como solía parecer, aquí el cine es generoso y la revaloriza en su Michelle, un párrafo aparte para la madre que hace Isabella Rossellini que es mayúscula, con sus gestos y miradas silenciosas. Esta actriz ya es casi la reencarnación viva de su inolvidable madre: Ingrid Bergman -la de "Casablanca"-.

No se queda atrás con una magnífica fotografía de una invernal Brooklyn en tonos grisáceos, ni una increible banda musical que incluye desde Dizzy Gillespie a "Una furtiva lágrima" de la ópera "Elixir de amor" de Donizetti, y más que nada este melodrama no acepta un final por allá que el público esperaba -o si....?-.
En esencia esta peli es regocijante porque se acerca tanto y mucho a la realidad de las circustancias amorosas, a los afectos de pareja, o sea un tema mucho más álguido y peligroso que vivir mil estallidos o zafar de explosiones en una cinta de mucha acción. Se habla del alma humana. Casi nada. Je.