Los amantes pasajeros

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

Farsa con el sello Almodóvar

Pedro Almodóvar vuelve a la comedia, al estilo de "Mujeres al borde de un ataque de nervios". La trama es un encadenamiento de hilarantes situaciones, en las que hay desde un delirante número musical a cargo de los tres comisarios de a bordo.

Con "Los amantes pasajeros", Pedro Almodóvar vuelve a la comedia, al estilo de "Mujeres al borde de un ataque de nervios"

Aunque en aquella película se acercaba al disparate, en este caso lo que propone es una farsa, fresca, sexy, irreverente, en la que sus protagonistas quedan "suspendidos" en el aire, al sufrir un desperfecto el avión en que viajaban.

El filme transcurre con un grupo de pasajeros a bordo de una aeronave que se descompone a poco de despegar de Barajas, en Madrid, con destino a México, y cuyos los pilotos no saben si van a volver a tocar tierra por temores variados sobre el aterrizaje.

CLASE "BUSINESS"
Cuando los pilotos y la tripulación esperan instrucciones para saber qué medidas tomar, a modo de precaución los comisarios de a bordo, lo primero que hacen es darles un somnífero a los pasajeros de la clase turista para mantenerlos dormidos. Los que no son fáciles de convencer son los de la clase "business", que al enterarse del inconveniente quieren conocer las posibles soluciones. Cuando ninguno de los pilotos puede dar explicaciones sólidas, se genera una crisis entre esos hombres y mujeres que en su mayoría esconden negocios sucios.

Dentro de esa "microsociedad" que conforman los pasajeros de ese sector del avión, está Norma (Cecilia Roth), una prostituta que dice haberse acostado con más de seiscientas personalidades, incluído el "número uno": el rey de España (nada menos).

En el pasaje del avión va además un corrupto hombre de negocios, conocido como el señor Mas (José Luis Torrijo), quien hace dos años no ve a su hija y se ha enterado que dejó la casa para dedicarse a la prostitución. También está Infante (José María Yazpik), un mexicano que confiesa ser un asesino a sueldo y una vidente, Bruna (Lola Dueñas), que aterra a todos cuando dice que "huele a muerte" dentro de la nave. No falta el novio (así se menciona al personaje de Angel Silvestre), una "mula" que transporta en su estómago cápsulas con droga.

UN TRIO BIZARRO
La trama es un encadenamiento de hilarantes situaciones, en las que hay desde un delirante número musical a cargo de los tres comisarios de a bordo, alegremente interpretados por Javier Cámara (Joserra), Raúl Arévalo (Ulloa) y Carlos Areces (Fajas), hasta la crisis nerviosa de Norma (Cecilia Roth), que les dice a todos que el desperfecto del avión es un atentado hacia ella, por un grupo de terroristas que la quieren matar.

Asimismo el pasajero Ricardo Galán (Guillermo Toledo) trata de comunicarse por teléfono a tierra con su amante que está a punto de suicidarse; los pilotos se cuentan sus aventuras sexuales, para hacer menos tediosa la espera de instrucciones de algunos de los aeropuertos a los que consultan para saber si están preparados para recibirlos en las condiciones técnicas en que están.

Original radiografía de una sociedad en crisis, "Los amantes pasajeros" se parece a un vodevil, en el que se destacan Cecilia Roth, Javier Cámara y Lola Dueñas. Aunque en brevísimas apariciones, resultan simpáticas las participaciones de Penélope Cruz y Antonio Banderas, como dos operarios que se encuentran en la pista de Barajas antes de que la aeronave despegue.

Un colorido marco estético, típico de Almodovar, en el feliz reencuentro con un cineasta tan talentoso como inclasificable.