Los 8 más odiados

Crítica de Leonardo González - Río Negro

Dan una de Tarantino...

Les pido que hagan un ejercicio: piensen cuántas veces van al cine a ver una película por su director, sin importar la trama o el elenco. Son pocos los realizadores que logran que el público pise una sala de cine para ver su trabajo, ¿no? Podríamos nombrar a Steven Spielberg, Woody Allen, Martin Scorsese, Christopher Nolan, David Fincher y James Cameron, a modo de ejemplos. Y en esta selecta lista que haga cada uno también aparecerá (casi inobjetablemente) nuestro ex empleado de videoclub y cinéfilo acérrimo Quentin Tarantino. La diferencia, tal vez, con sus otros colegas es que el tipo dirigió hasta el momento -en una lista muy compleja- sólo ocho películas. Esto les hace dar una idea de lo importante que fue su incursión, lo que generó y la marca que dejó en la industria del cine.

Después de la maravillosa "Django sin Cadenas" (Django Unchained, 2012), que le valió su segundo Oscar, vuelve al western con "Los 8 Más Odiados" (The Hateful Eight, 2015), un retrato perfecto de lo que significa el cine para él.

Wyoming, pocos años después de la Guerra Civil. Una diligencia con el cazarrecompensas John "El verdugo" Ruth (Kurt Russell) y su prisionera Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) se dirigen al pueblo de Red Rock en donde ella va a ser ahorcada. Pero una violenta tormenta de nieve hace que tengan que buscar refugio en La Mercería de Minnie, una cabaña cerca de las montañas. En el camino hasta allí se les unirá el Mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), ex soldado y que también se dedica a buscar fugitivos con la diferencia que prefiere matarlos, y que acarrea los cadáveres de cuatro de ellos. Y también Chris Mannix (Walton Goggins), un joven cuyo padre luchó con los Confederados y que afirma es el nuevo sheriff de Red Rock. Cuando llegan allí no encuentran ni a Minnie ni a ninguna de las personas que suelen estar allí, pero sí a cuatro personajes extraños: Bob el mexicano (Demián Bichir), que afirma que lo dejaron a cargo; el verdugo Oswaldo Mobray (Tim Roth), el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el retirado General Confederado Sandy Smithers (Bruce Dern). Todos ellos deberán aguardar allí hasta que el temporal pase en un clima tenso, pesado, lleno de dudas y desconfianza que se volverá insoportable.

Tarantino afirmó que las influencias para hacer esta película fueron "El Enigma de Otro Mundo" (The Thing, 1982) -se la hizo mirar al elenco-, "Perros de la Calle" (Reservoir Dogs, 1992) y las series "Bonanza" (1959-1973), "El Virginiano" (The Virginian, 1962-1971) y "El Gran Chaparral" (The High Chaparral, 1967-1971). Y algo de eso se nota, además de un enorme conocimiento de los western (hay homenajes y guiños del género por todos lados).

Tal vez no haya tanta sangre como en otras de sus obras, pero sí la crudeza, tanto en lenguaje como en lo que muestra, tan característicos de su filmografía. El director sabe mucho de cine y demuestra que puede hacer lo que quiere (en un momento se da el lujo de hacer una pausa, ir para atrás y relatar él mismo lo que sucedió al espectador). Hay violencia de género, racismo, misoginia, discriminación pero, aunque parezca increíble, todo esto sirve al relato para hacerlo verosímil y auténtico. Perfecta la banda de sonido del genio de Ennio Morricone, que ya se llevó un Globo de Oro el domingo pasado.

"Los 8 Más Odiados" podrá parecerles larga, que tiene demasiados diálogos y hasta en algún momento aburrida, pero cuando salgan de verla van a notar que se sientes satisfechos. Eso es porque asistieron a un enorme festín de cine y probaron los manjares de uno de los mejores chef del Séptimo Arte.

Buen provecho.