Los 8 más odiados

Crítica de Blanca María Monzón - Leedor.com

Los 8 más odiados es el octavo film de Quentin Tarantino, un trabajo que se sostiene con un diálogo intenso y fascinante, en un intento de homenajear al cine norteamericano en general incluido el suyo en particular. Estrategia que le va a permitir, -finalmente- hablar de toda la historia de su país, aunque pareciera remitirse solo a algunos años después de la Guerra Civil.

Si bien toda la filmografía de Tarantino puede leerse como un western.. acá podemos decir que su idea ha sido apostar claramente a un género que fue y es de una enorme trascendencia para la historia del cine. Además de una manifestación artística ligada a lo popular, y a su historia como nación, de allí que la narrativa devenga eminentemente épica…..porque el viejo oeste desempeña hoy un papel mucho más importante, que el estar incrustado en el folklore de Estados Unidos, diría más precisamente que lo está en la sangre, o que le corre por las venas. Y acá en en la posterior reflexión, donde su autor se sale de la ficción para acercarse a lo real.

Narrativas no lineales, guiones verborrágicos y referencias dispares son marcas que se encuentran también en Perros de la calle, pasando por Pulp Fiction hasta Bastardos sin gloria, o Django sin cadenas…son parte de su estilo inconfundible.

No es casual que Tarantino se defina como nostálgico de los años 90, tan marcados por la violencia, que es otra de las características de su cine. Aunque siempre apunte a desarrollar una violencia estética. No obstante hay en Los 8 más odiados un acento puesto en lo teatral del discurso, a la vez que hay un giro hacia el Suspenso que se construye sobre la marcha del relato. De allí que tanta violencia no violente. Porque sabemos que lo que el espectador desea es que se le revele la verdad, es decir quien es quien, o donde se oculta el secreto.

A una movilizadora primera toma de un Cristo cubierto de nieve en el medio de las montañas, se nos aparece una diligencia con un cazador de recompensas y una forajida que va camino a la horca. Todo en medio de una intensa tormenta de nieve, que irá agravándose a medida que van presentando uno a uno sus protagonistas, en donde se incluye a esta como tal. Luego se dirigen a una cabaña donde transcurre todo el film. Y a donde se irán acercando el resto de los personajes, en una escena cómica, ya que cada vez que entran rompen y vuelven a clavar los clavos, para que la puerta no se abra. Esto le permite al espectador que vaya acomodándose a percibir la violencia como un hecho estético no ético.

Imposible no recordar a La Diligencia, la obra maestra de John Ford, donde 8 pasajeros se dirigen a Lordsburg. Ford toma los elementos del western primitivo y a su vez adelanta aspectos del western de las décadas posteriores. Por esto los personajes dejan de representarse a sí mismos en cuanto modelo de un universo fácil de ser identificado.

(Kurt Russell), el caza rrecompensas que lleva a la horca a Daisy, (Jennifer Jason Leigh), Marquis, (Samuel L. Jackson), otro caza rrecompensas que levantan en el camino, y el futuro sheriff, (Walton Goggins) de Red Rock, destino donde ahorcarían a Daisy y donde se cobrarían esas recompensas. (Demián Bichir), el mexicano que dice estar cuidando el lugar, y otros tres recién llegados: un verdugo, británico (Tim Roth), el cowboy Joe Cage, (Michael Madsen), y el general que interpreta (Bruce Dern) constituyen los 8 odiados, a los cuales les será imposible reprimir su natural violencia. No es nuevo que en los films de este director se encuentren marcados los problemas raciales, y la violencia. Pero siempre en una clave improvisada, preocupado por su carácter estético. Un film que confirma una vez más el gran talento de Tarantino.