Los 4 fantásticos

Crítica de Jessica Blady - Malditos Nerds - Vorterix

En pleno auge de las películas superheroicas, Fox le da una nueva oportunidad al primer equipo marveliano tras dos películas fallidas. El director Josh Trank hace borrón y cuenta nueva, pero el resultado, lamentablemente, sigue siendo el mismo.

“Los 4 Fantásticos” (Fantastic Four, 2015) es una película que atrasa, por lo menos, un par de décadas. Esa es la primera impresión que genera este reboot a cargo del director Josh Trank, cuyo debut cinematográfico fue de la mano de una gran película superheroica como lo es “Poder Sin Límites” (Chronicle, 2012). Ahora se entiende tantos meses de idas y vueltas, y cruces entre el realizador y los productores. Obviamente, Trank no tuvo la libertad suficiente para impregnarle su propia visión y estilo a una historia que termina siendo bastante sosa y llena de baches argumentales.
Estamos en el año 2007, Reed Richards es un pequeñín superdotado lleno de sueños e ideas brillantes. Lo que uno no puede entender es cómo este mini genio acude a una escuela normal donde nadie estimula sus talentos, sino todo lo contrario (una vez más, estamos en el año 2007 no en la década del cincuenta). Las locuras de Reed llaman la atención de su compañero Ben Grimm, un chico bastante marginado que encuentra en su nuevo amigo un salvoconducto para su miserable vida hogareña.
Con la ayuda de Ben, Richards logra materializar su más grande invento, un teletrasportador de materia que, tras siete años de arduo trabajo, consigue trasladar los objetos y traerlos de vuelta. El descubrimiento de Reed (Miles Teller) no logra entusiasmar a sus profesores, pero llama la atención del doctor Franklin Storm (Reg E. Cathey) que enseguida lo recluta para llevar a cabo un experimento parecido, pero a una escala muchísimo más grande.
Así descubrimos que aquellos objetos que desaparecían y luego volvían, iban a parar a una dimensión paralela, un lugar que los científicos vienen estudiando desde hace rato en busca de nuevas fuentes de energía, pero todavía no han podido acceder a él. Reed tiene la clave de todo y deberá trabajar en equipo con Sue Storm (Kate Mara) y Victor Von Doom (Toby Kebbell), el joven que dio origen a este proyecto y salió dando un portazo cuando no le siguieron el juego. Al final también se suma Johnny Storm (Michael B. Jordan), el habilidoso hijo del doctor que vive bajo la sombra de su padre y su hermana adoptiva.
Ya vamos a mitad de la película y, en realidad, no pasó mucho que digamos, por eso los hechos que continúan se nos presentan tan apresurados y llenos de huecos como para justificar un comienzo, un nudo y un desenlace.
Redondeando, los primeros experimentos resultan de maravilla, sólo falta probarlo con una valiente tripulación y, ante la perspectiva de que la NASA ocupe su lugar, los tres muchachitos (más la visita de Grimm), deciden convertirse en conejillos de Indias y viajar al denominado planeta Zero. Obviamente, todo sale mal, Victor no vuelve para contarla y los tres miembros restantes son alcanzados por la poderosa fuerza energética del lugar, al igual que Sue que los espera en el laboratorio.
La catástrofe obliga a los militares a tomar el control, y a los cuatro jovencitos sobrevivientes a lidiar con algunas extrañas y poderosas habilidades adquiridas que resultan más una carga que una bendición.
No seguimos adelante porque terminaríamos contando toda la película, aunque en realidad no hay mucho más para agregar ya que el relato carece de un verdadero conflicto. Sí, es una historia de origen que igual se queda corta y para justificarse agrega un villano a último momento. Tampoco nos permite relacionarnos con los personajes o sentir que haya una verdadera unión entre ellos para dar, finalmente, vida a este cuarteto superheroico.
A la película le falta humor -no olvidemos que lidiamos con un grupete mucho más joven- y le sobra un dramatismo tan forzado que molesta. A nadie le importa si los efectos están bien o si las actuaciones son correctas, porque en definitiva hay una historia que sustente esta película que se derrumba escena tras escena.
Por eso “Los 4 Fantásticos” parece un producto de otra época, una donde este tipo de aventura de ciencia ficción comiquera hubiera llamado la atención solamente por su premisa, y no uno de hoy en día donde estamos plagados de superhéroes en todas sus formas y colores.
El problema tampoco pasa por su “sencillez”, sino por su incoherencia y su solemnidad cuando debería abusar de su condición de reboot con protagonistas “adolescentes”. Al menos sus antecesoras se destacaban por el absurdo y te robaban alguna sonrisa torcida cuando te descuidabas.
“Los 4 Fantásticos” tiene elementos para destacarse (un director que promete y un gran elenco) y lograr una buena historia sin exageraciones, pero el destino quiere que el cuarteto de Marvel siga meando fuera del tarro y ocupe su lugar en el panteón comiquero junto a otros desastres como “Linterna Verde” (Green Lanter, 2011) o “Batman & Ronin” (1997). Al menos Joel Schumacher intentó justificar los bati-pezones.
Dirección: Josh Trank
Guión: Simon Kinberg, Jeremy Slater y Josh Trank
Elenco: Miles Teller, Michael B. Jordan, Kate Mara, Jamie Bell, Toby Kebbell, Reg E. Cathey, Tim Blake Nelson.