Los 4 fantásticos

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Si la industria cinematográfica per sé es un engranaje intrigante que se mueve por la plata y termina entregando algunas curiosidades, lo de la Marvel ya es un caso aparte. Puede pasar de un tiro al aire a un verdadero hallazgo (caso “Ant-Man: El hombre hormiga” este año), o de un producto medianamente sólido y de buena factura, con posibilidades de expansión, a un insólito (¿caprichoso?) relanzamiento con poco tiempo de diferencia como es el caso de “Los 4 fantásticos”, el estreno de esta semana.

Esta nueva propuesta para la pantalla grande, luego de la realizada por Roger Corman en los ‘90 y las dos de 2005 y 2007, ya en pleno reinado del universo Marvel, parece apostar por una construcción completa de la historia de Reed Richards desde que era pequeño, como si la intención fuese lograr un compromiso y una empatía del espectador (por supuesto de los fans también) por el sólo hecho de conocer todo su derrotero.

El comienzo promete, es cierto. Con un estilo narrativo “inspirado” a lo Steven Spielberg como productor de “Los exploradores” (1985), o de J.J. Abrahams en “Super 8” (2011), “Los 4 fantásticos” arranca con Reed (Owen Judge) como un niño de inteligencia superlativa que con toda soltura se anima a pararse frente a la clase y anunciar su sueño de ser el primer hombre en tele-transportarse de la historia de la humanidad. Si es para llegar de un punto a otro porque está harto de esperar el colectivo, o cualquier otro motivo, es difícil de saber. Pero él quiere lograr eso y ¡chau! Esto en complicidad con su compañero Ben (Evan Hannemann), quien no entiende mucho, pero le toma cariño y lo sigue hasta un fallido intento que deja sin luz a todo el barrio.

Luego de estos primeros 30 ó 35 minutos una elipsis nos lleva a ocho años después, y también a cambiar todo el estilo que pasa de los referentes anteriores a poco más que un formato meramente televisivo al punto de dar la sensación de estar dirigida por otra persona.

Sigo.

Estamos en el gimnasio cubierto de la escuela secundaria con un Reed adolescente (Miles Teller) que ha llegado junto a Ben (Jamie Bell) con su experimento a la feria de ciencias en donde, pese a salir todo mal, es tomado por Franklin Storm (Reg E. Cathey), junto a su hija adoptiva Sue (Kate Mara), para ofrecerle una beca en la fundación con la intención de financiar el proyecto. Alguien cree en él. Allí conocerá a Johhny Storm (Michael B. Jordan) y a Victor von Doom (Toby Kebbell), y si bien hacen equipo a regañadientes luego se verá que van por caminos diferentes.

Insólitamente, luego del éxito del invento, y ya encaminados hacia el clímax, la estética vuelve a cambiar, pero esta vez se agrega una relativa falta de pericia para comandar escenas de acción apoyada por un guión que, dado como venía el relato, se precipita como si se hubiera cortado el chorro de plata para hacerla. Siendo “Los 4 fantásticos” un producto de Marvel de tercera o cuarta línea, son demasiados lujos para darse en estos tiempos resultadistas.

Más allá del guión, hay tres puntos fundamentales para que una producción de superhéroes funcione, lo que aquí a nadie parece importarle. El primero, los conflictos internos y los puntos oscuros de los personajes. En este aspecto la Marveles tan especialista en construirlos desde la historieta (X-Men, El hombre araña, Iron Man, etc.) como éste director en esquivarlos. Y los esquiva tan bien que los posibles ejes dramáticos (algunos muy interesantes) apenas quedan mencionados, a saber: Reed es superdotado en el seno de una familia indiferente y que no lo entiende; Ben pertenece a un hogar de pura violencia doméstica; Sue es adoptada; Johnny suele revelarse a los mandatos; por si fuera poco, Doom se aísla del mundo y vive en su propia burbuja de repulsión. Nunca el realizador (casi debutante) Josh Trank, ni los otros guionistas (además de él) Simon Kinberg y Jeremy Slater, supieron como explotarlos.

El otro punto fallido es de dirección actoral (también responsabilidad de Josh Trank). Salvo en la primera parte cuandoBen y Reed son chicos, nunca se logra un vínculo sólido en éste cuarteto, ni tampoco con el inminente villano, y eso que estamos frente a buenos actores, en especial Miles Teller.

El tercer punto pertenece al aspecto visual. Será que la vara está demasiado alta en este siglo, y como espectadores estamos mal acostumbrados, pero en varias oportunidades se nota mucho el “truco”, como ese corte por croma mal digitalizado y diseñado del mundo paralelo, o el verde fluo “setentoso” que está acompañado por una banda sonora de extraña mezcla (¿qué hacen Marco Beltrami y Philip Glass componiendo para esto?)

Hablar del resto no tiene sentido. Si la cosa sigue por obra y gracia de la taquilla, la buena noticia es que sólo puede mejorar. Es raro decir esto de una producción de Marvel: “Los 4 fantásticos” es inconsistente, superflua, aburre y falla en casi todo.