Londres bajo fuego

Crítica de Iván San Martín - Cinergia

El descaro y la brutalidad

En el año 2013 se estrenaron dos películas de temática similar: un ataque terrorista a la Casa Blanca. Una fue El ataque (White House Down) dirigida por Roland Emmerich; la segunda dirigida por Antoine Fuqua era Ataque a la Casa Blanca (Olympus Has Fallen). Esta fue un éxito en taquilla en todo el mundo y por alguna extraña razón se decidió que sería bueno que tenga una secuela y naciera Londres bajo fuego.
Mike Banning (Gerard Butler) salvó al presidente Benjamin Asher (Aaron Eckhart) del terrible ataque que sufrió la Casa Blanca algunos años atrás. Ahora se ha convertido en su guardaespaldas personal y mantienen una gran amistad. La inesperada muerte del primer ministro inglés hará que tenga que viajar al funeral en Londres, además todos los líderes más importantes del mundo estarán ahí. Al llegar, Mike tiene sus sospechas sobre la seguridad y de repente descubre que algo anda mal. Además los otros mandatarios están siendo asesinados en plena ciudad y a la luz del día. Su deber será proteger otra vez al presidente e impedir que se capturado y ejecutado en vivo transmitido por internet al mundo entero.
En esta segunda parte el lugar de Fuqua es ocupado por el debutante Babak Najafi quien dirige el guión de los escritores de la primera parte Creighton Rothenberger y Katrin Benedikt, a los que también se le sumaron Christian Gudegast y Chad St. John.
Su punto a favor es que hay bastante química entre los protagonistas, algo de humor que si bien es un poco tonto, también es efectivo y por supuesto la violencia para los que disfrutan del cine de acción que en este caso viene acompañada de grandes explosiones por todo Londres.

La película recae en los mismos problemas que la primera: patriotismo al extremo, escenas sin sentido y personajes que son los clásicos estereotipos donde los buenos siempre buenos y los malos los más malos del planeta. Pese a esto no busca ser solemne y se toma a sí misma como lo que es, una película de acción para pasar el rato.