Logan

Crítica de Diego Alvarez - Cuatro Bastardos

Logan: El último pistolero del valle.
Estamos, sin lugar a dudas, ante un exponente más en el que el cine de superhéroes se toma las cosas en serio.
Hace 17 años, el director Bryan Singer abría una de las franquicias más rentables en cines para Marvel y para la 20th Century Fox, y esa era la historia de los X-Men. Pero más importante, uno de los personajes con más carisma dentro de este grupo, uno que traspasó la barrera de las viñetas para ser un auténtico icono pop: Wolverine.
Ya desde el vamos, su historia (tan rica como compleja y llena de misterio) lo hizo merecedor de esta fama a través de sus años en las publicaciones, hasta tener su título propio. Porque Wolverine es un personaje rudo por fuera, inmortal, que ha vivido cientos de años y es prácticamente indestructible por su cuerpo recubierto del metal Adamantium. Pero la complejidad del personaje no radica solo en su personalidad bestial, sino en su mente perturbada, sus sufrimientos por parte de la gente que no lo entendió y lastimó su espíritu y su mente, y por último, su capacidad para siempre hacer el bien de alguna u otra forma.
Para su opus mutante Singer debía buscar un actor adecuado, e incluso se barajaron varios nombres famosos, pero el encargado fue un ignoto actor australiano llamado Hugh Jackman. Nadie sabe cómo ni por qué, pero Jackman se apropió de Wolverine y se fundieron en un solo ser. Y hoy, a mas de 17 años y 10 apariciones en pantalla, Hugh Jackman se despide de Wolverine con Logan, una carta de amor al personaje que lo llevó a la fama mundial y tantas satisfacciones le dio.
Logan es un film crepuscular. Una road movie a modo de western que habla sobre la lucha interna de Wolverine, sus penas, sus guerras y la búsqueda incesante de una familia que nunca tuvo ni tendrá, así también como una búsqueda de la redención en una persona cansada de tantas batallas perdidas.
En un futuro cercano, donde ya no quedan más mutantes, un viejo Logan se mantiene en el anonimato como chofer de limosinas, protegiendo junto a Caliban (un mutante que, por alguna razón, se pasó al único bando que quedó, el de los “buenos”) a un deteriorado Charles Xavier que sufre de una enfermedad cerebral, manteniéndolo sedado antes sus posibles “ataques”. Pero Logan se verá obligado a volver a la acción cuando una mujer le pida que proteja a una niña que es perseguida por fuerzas oscuras, que desafortunadamente, tienen una conexión con el pasado de nuestro protagonista.
Logan es todo lo que quisimos ver del personaje en cine y no decepciona. Un film adulto, oscuro, sangriento (atentos a la calificación “R”); y esto es entera responsabilidad de James Mangold y Hugh Jackman, quienes quisieron llevar al personaje a extremos como nunca lo habíamos visto antes. Pero no solo las escenas de acción impactan en este film, la historia (también escrita por Mangold) explora el viaje de estos personajes cansados, olvidados por el tiempo, que encuentran en la pequeña mutante el recuerdo del por qué alguna vez lucharon.
Hugh Jackman le da a su última interpretación del mutante inmortal todo de sí mismo y se nota que es lo que siempre quiso hacer con él: Logan es ese vaquero que viaja sin rumbo, cansado de los duelos, pero que siempre está dispuesto a defender al oprimido, aún si esto signifique su propio sacrificio. No por nada Mangold nos retrata en una escena como Xavier y Laura, la pequeña mutante, ven Shane, el desconocido (Shane, 1953) donde el personaje es un viejo cowboy abatido. Y las referencias no terminan ahi, ya que Laura es fanática de los cómics de X-Men, a los que Logan exclama que “una parte de esos hechos sucedieron, y no de esa forma”. Esta clara referencia nos indica que la saga fílmica de los mutantes, muchas veces criticada por su falta de continuidad, no debe tomarse tan en serio como muchas veces se hace.
Contrariamente a esto, podemos agregar que Logan se inspira parcialmente en el cómic de Mark Millar Old Man Logan (del que ya hablamos aquí), ya que la acción se desarrolla a modo de western post-apocalíptico crepuscular y nuestro héroe es una persona cansada de la violencia por una tragedia que lo obligó a nunca más desenvainar sus garras. En el film, el responsable de esa tragedia es otro, pero el cuerpo de Logan está cansado y su factor curativo ya no funciona como antes, gracias al envenenamiento del Adamantium, una ironía siendo que lo que lo hizo invencible ahora lo está matando.
Dafne Keen, la pequeña encargada de interpretar a Laura/X-23 brilla en su performance siendo que la mayor parte del tiempo no habla y se expresa mediante gestos, brindándole al personaje un matiz increíble de bestialidad increíble. Podemos ver a una niña inocente que está perdida, buscando su lugar en el mundo sin saber qué es ni por qué le hicieron lo que le hicieron. En vez de llorar, Laura saca sus garras.
Patrick Stewart es otro que se despide de su Charles Xavier en la saga mutante y lo hace de una manera impresionante, un interpretación que saca risas y llantos a la vez. Ver al mutante más poderoso del planeta postrado y con su mente perturbada nos hace vivir el dolor y la impotencia de sus lamentos.
Los villanos no son para destacar, pero se puede decir que tienen una conexión con el pasado de Logan e, incluso, linkean a la fallida X-Men: Apocalypse (2016), ya que el universo sigue siendo compartido.
Mangold no solo realizó un film que perdurará en la historia como uno de los mejores, sino que también uno que merece más de un visionado, por sus múltiples matices y críticas sociales (sobretodo al tema de la inmigración y el problema de los alimentos). Aunque sin lugar a dudas, por haber sido el film en el que Hugh Jackman dejó su alter-ego mutante luego de casi dos décadas en el que tanto nosotros, como él crecimos y disfrutamos de su larga vida inmortal.