Logan

Crítica de Alexis Puig - Infobae

La tercera parte de las aventuras de Wolverine en solitario es la despedida de Hugh Jackman encarnando al personaje

Logan es el final. La aventura más cruda y brutal de un personaje único. El más popular de los X-Men, tiene en esta cinta, un canto de cisne a la medida de su leyenda. No quiere decir que no haya en el futuro más películas con el personaje de las garras como protagonista. Pero está claro, que no será en este tono, ni con este intérprete.

En un futuro cercano, un cansado Logan cuida de Charles Xavier en un escondite de la frontera con México. Los intentos de Wolverine por esconderse del mundo y ocultar su legado terminan súbitamente con la aparición de una niña mutante perseguida por fuerzas oscuras.

Hugh Jackman compone un Logan hastiado y en decadencia. Un hombre apartado del glamour de las historias de superhéroes, que ahora se gana la vida como chofer y haciendo de niñera del Profesor X (un enorme Patrick Stewart en la piel de un Charles al borde del geriátrico).

La idea de Jackman de encarnar por última vez al personaje de Marvel, quizás haya sido fundamental para la elección de la historia y el tono de la trama. Pero, sin dudas que esto ha funcionado, y le ha dado herramientas al director James Mangold para contar la trama más oscura, pesimista y adulta que jamás se ha rodado dentro del Universo X-Men.

Además recupera el tono sangriento y violento del Wolverine de los cómics, algo un tanto ausente en las anteriores películas, quizás por la necesidad de llegar a un público más masivo.

Jackman es puro corazón, y se pone en la piel de Logan en cuerpo y alma, logrando momentos de gran emotividad. La química entre su personaje y la niña Laura (increíble trabajo de Dafne Keen) traspasa la pantalla, y juntos son explosivos, peligrosos e irresistibles.

Un guión sólido, en donde no faltan los villanos de turno, los momentos de humor negro, las sangrientas batallas cuerpo a cuerpo y los guiños a los fanáticos (atención a las secuencias en las que Logan descubre los cómics de los X-Men) hacen de esta, una película sin puntos flojos. Cierto aire de melancolía, apoyado no solo en los personajes, sino en los paisajes y los encuadres que remiten al western, terminan de redondear esta fabulosa entrega, el final de una época.