Locos por las nueces

Crítica de Pablo Raimondi - Clarín

Violencia y moral sin buenos frutos

Una egoísta ardilla va en búsqueda de un botín de nueces.

El eslogan del filme reza en inglés: “No Nuts, No Glory”. Algo así como que si no hay nueces, tampoco gloria. Imperativo, duro. Y ése es el tono que domina a Locos por las nueces, el filme de Peter Lepeniotis, basado en el cortometraje de 2005, Surly Squirrel.

Un villano que se hace sonar los nudillos, mira fijo a cámara. Hombre de pocas palabras. Más que divertir, intimida. Y si a esto le sumamos escaso humor (gags en base a eructos y flatulencias digno de comedias berretas), incoherencia narrativa y una velocidad que confunde a los más chicos, el resultado fílmico cae en saco roto.

Locos por las nueces se mira el ombligo, con Surly, una ardilla egoísta que sólo busca saciar su apetito a base de nueces. Pero al ver que la comida escasea y hay que recuperar un botín de dicho fruto -que están escondidas en el sótano de una cafetería-, a la ardillita se le plantea un dilema moral: seguir manejándose sola por la vida o trabajar en equipo e ir a recuperar los frutos que la desviven.

A esta encrucijada se agrega otro escollo: un grupo de humanos malhechores que tienen planes similares a ella, con el plus de que deciden robar un banco. Y allí es donde se comienza a cruzar el género policial con el animado. ¿El resultado? El filme muta, vira hacia un público más adulto que infantil, la violencia crece y toma de rehén al joven espectador, indefenso ante un grupo de ardillas en pantalla que sólo corren a gran velocidad. Cegadas por sobrevivir en el crudo invierno que se avecina.

Lepeniotis, animador de filmes como Toy Story 2 o Casper, entre otros, no deja sola a Surly. La secundan las ardillas Grayson y Andie, como así también Buddy, una inseparable rata. La protagonista hará equilibrio siempre entre sus pésimas actitudes y el nuevo aprendizaje, cambio que le quitará atractivo a un guión confuso.

Lo mejor llega al final, por fuera de la película, en los créditos: un mensaje al vacío de metraje. El hit Gangnam Style (Psi), con baile incluido, adelanta lo que se viene en 2016. Sí, habrá segunda parte.