Locos por las nueces 2

Crítica de Paula Vazquez Prieto - La Nación

Muchas nueces y poco ingenio

El festín de la ardilla Surly y sus amigos en una tienda de nueces desemboca en una sucesión de contratiempos: primero el incendio de esa reserva de deliciosos manjares, luego el regreso al parque y la difícil tarea de volver a conseguir nueces de los árboles, por último la lucha contra el ambicioso alcalde que quiere convertir el espacio verde en una nueva Disneylandia. Locos por las nueces 2 cruza las viejas recetas del slapstick con algunos personajes simpáticos (como el ratoncito mudo, la hija psicótica del alcalde y la banda de minirratones karatecas), sin dotar a la historia de otro interés que el que puede tener una atolondrada acumulación de gags.