Locamente millonarios

Crítica de Patricio Ferro - Loco x el Cine

Locamente millonarios cuenta la historia de Rachel, que se entera que su novio Nic es el heredero de una de las mayores fortunas de Singapur cuando lo acompana a ese pais para la boda de su mejor amigo.

Locamente millonarios es una película basada en la novela homónima escrita por Kevin Kwan y protagonizada por Constance Wu y Henry Golding. Quien los dirige es John M. Chu y el elenco lo completan Michelle Yeoh, Gemma Chan, Awkwafina y el humorista Ken Jeong.

Cuenta la historia de Rachel Chu (Constance Wu), una joven estadounidense de padres chinos que está de novia con Nic Young (Henry Golding), descendiente de una de las familias más ricas de Singapur. Pero se entera de esto cuando lo acompaña a este país para asistir a la boda del mejor amigo. Y y allí conocerá a su familia y sufrirá el maltrato de su suegra (Michelle Yeoh), que no la quiere por ser de otra condición social.

Por abordar una temática similar, es imposible no comparar a Locamente millonarios con El banquete de boda, segunda película de Ang Lee, que también relata en forma de comedia una historia de amor en la que se rompen las tradiciones culturales del lejano oriente y surge el conflicto. Pero en este caso, su director busca dar a conocer los puntos en común entre oriente y occidente, para alcanzar una mayor cantidad de público, y es así como por ejemplo suena extradiegéticamente la canción Material girl cantada en un idioma oriental, y en la escena una banda toca Can’t help falling in love y canta su letra en inglés.

Vale la pena destacar el diseño de producción de esta película, que muestra el lujo donde viven estos personajes, y su estética kistch, donde se destaca un tigre embalsamado en el living de la mansión y una iglesia metodista decorada para la boda como si fuera un arrozal.  Y otro buen recurso es insertar en la pantalla, a modo de título, el contenido de los mensajes de texto, a lo que se suma una escena en la que además del montaje paralelo se divide la pantalla para desparramar una noticia. Pero su director abandona estas ideas mientras avanza la película, usando la primera en algunos pocos momentos más, lo que es una lástima, porque es uno de los pocos casos en que hubiera quedado bien.

Pero el punto más flojo son las actuaciones, porque ninguno de los protagonistas tiene el carisma suficiente como para generar empatía con el espectador. Y de esta forma resulta muy difícil empatizar con ellos y comprar su historia de amor. Otro problema es que los actores que cumplen la función de comic relief no funcionan como tales, y muchos de sus gags no se logran, por lo que terminan resultando molestos. La única excepción esMichelle Yeoh, una actriz de una larga trayectoria que gracias a su elegancia cumple muy bien su papel de señora de la alta sociedad de su país.

En conclusión, Locamente millonarios es una especie de versión actualizada del cuento de La Cenicienta, que posiblemente no funcione para el público argentino por no conocer a sus protagonistas ni a su cultura. Pero la globalización hace que estas películas tan exitosas en otras partes del mundo se estrenen en nuestro país, y nos demuestran que pueden cambiar las épocas y las culturas, pero los conflictos amorosos son siempre los mismos.