Locamente millonarios

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Es un film que viene precedido de la palabra “fenómeno” en el mercado cinematográfico de Estados Unidos. Es la primera película norteamericana en 25 años (la anterior fue “El club de la buena estrella”) con un elenco totalmente asiático, Pero en este caso con la dirección de Jon M. Chu (los documentales de Justin Bieber), basado en un best seller de Kevin Kwan y un elenco de grandes estrellas como Constance Wu y Henry Golding (la pareja romántica), la legendaria Michelle Yeoh, el cómico Ken Jeong (“¿Qué paso ayer?”), y siguen los nombres. Es una comedia muy hollywoodense, con una muestra de riqueza casi pornográfica que poseen algunos privilegiados asiáticos, como para hacer caer la mandíbula y el muy usado contrapunto entre chica profesora universitaria, sencilla y de familia humilde, enamorado del heredero de un enorme emporio económico. Un detalle que ella ignora hasta que aterriza en Singapur, con la escusa de una boda donde su pareja es el padrino. Y después la fórmula del desprecio porque el heredero no eligió a la prometida indicada, los deberes con la familia, los secretos revelados por un detective y mil enredos conocidos, pero eficaces. Encuentros y desencuentros usados pero acumulados. Toda la primera parte del film es graciosa, ingeniosa y con ritmo. Luego cuando la heroína se “empodera” y renuncia a su amor, se pone peligrosamente empalagosa y obvia. Sin embargo para los amantes del género, aquellos que añoran esas historias de amor con ingredientes graciosos y ese lujo exultante por doquier, encontrarán un entretenimiento ajustado, meloso y ágil.