Loca alegría

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

Juntas en la desgracia

El desequilibrio mental es enfocado desde la soledad y las carencias afectivas, pero con un giro de comedia y sin caer en el golpe bajo. Por ese camino transitó Paolo Virzi para hacer “Loca alegría”, una película que se sostiene en la impronta de las dos protagonistas, Valeria Bruni Tedeschi y Micaela Ramazzotti. Ellas dan vida a Beatrice y Donatella, dos pacientes que se encuentran en un internado de Toscana y comienzan un vínculo que va del rechazo a la amistad y a la contención. Beatrice (logradísimo rol de Bruni Tedeschi) es una mujer que no puede parar de hablar, que pertenece a la clase alta italiana y que es tan resistida por su ex amante como deseada por su ex marido. Donatella (Ramazzotti, en una interpretación atípica y sorprendente) será la internada nueva, que llega con un secreto y mucha fragilidad expuesta. Juntas harán una dupla conmovedora, porque Beatrice elegirá proteger a Donatella y de alguna manera se necesitarán mutuamente. El director hace una soslayada crítica a esta modalidad de internación psiquiátrica, expresada en los títulos del final, y hasta se permite un guiño a “Thelma y Louise”, no del todo feliz. El cierre de la película sintetiza en las miradas de las dos amigas un gesto de redención y de complicidad, que es un broche ideal para esta historia.