Loca alegría

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

CINE PARA ADULTOS

Dos mujeres se conocen en un instituto psiquiátrico que funciona en una bella Villa Toscana venida a menos, no se sabe si por falta de fondos o porque la actividad que se desarrolla ahí hace imposible que haya belleza en ese lugar.

Una, Beatrice, es aristocrática, extravagante, mundana, sofisticada y casi no parece una persona con problemas psiquiátricos. La otra, Donatella, es cerrada, violenta, marginal, esconde una historia oscura que ha hecho mella en su cuerpo que está tatuado y que en los brazos muestra cortes y pinchaduras.

Beatrice está encarnada por Valeria Bruni Tedeschi, Donatella es Micaela Ramazzoti. Ambas son grandes actrices y le ponen el cuerpo y el alma a los personajes, logrando grandes composiciones.

Y entonces, más allá del relato, Loca alegría resulta una película extrema, física, con historias duras que confía en Valeria Bruni Tedeschi como motor de una historia, que desde el momento en que ellas se conectan en el instituto y se escapan no da respiro. Micaela Ramazzoti está encargada de la historia, una mujer abandonada, maltratada y que carga con la acusación de haber intentado a su hijo.

Paolo Virzi (El capital humano, La prima cosa bella) dirige con buen pulso una historia adulta, con momentos fuertes y con dos actrices que se lucen. Es decir, cine para adultos, contemporáneo y que no aburre y la constatación de que Italia (lo poco que llega desde allí) , cada tanto nos da sorpresas y avisa que está viva.

LOCA ALEGRÍA
La pazza gioia. Italia/Francia, 2016.
Dirección: Paolo Virzì. Elenco: Valeria Bruni Tedeschi, Micaela Ramazzotti, Anna Galiena, Valentina Carnelutti, Elena Lietti, Tommaso Ragno, Bob Messini, Carlotta Brentan, Francesca Della Ragione y Roberto Rondelli. Guióni: Francesca Archibugi y Paolo Virzì. Fotografía: Vladan Radovic. Música: Carlo Virzì. Edición: Cecilia Zanuso. Diseño de producción: Tonino Zera. Duración: 118 minutos.