Lobos

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

“Lobos” es un raro y notable ejemplo de cine negro argentino hecho y derecho. Ya desde la primer secuencia de un robo a un automovilista con el consabido paseo obligado a la víctima por un cajero automático refleja situaciones que el espectador puede ver todos los días en los noticieros. Pero el director Rodolfo Duran, un cinéfilo de ley, no se limita a filmar situaciones policíacas de la actualidad nacional, sino que elabora una trama compleja y creíble sobre las relaciones entre distintos estilos de criminales, sus familiares, y los policías corruptos que digitan los hechos delictivos.

Daniel Fanego es un hampón veterano que trabaja con su yerno, y que en algún momento también trabajaba con su hijo Luciano Caceres, que en un momento se desligo de la banda y ahora tiene un puesto como vigilador privado. La presión de un comisario para el que cometen sus robos va generando más y más complicaciones, hasta que el tipo que quería seguir el camino recto termina metido hasta las manos en un secuestro.

El director se mete en la psicología de sus personajes sin descuidar el ritmo, ni mucho menos la violencia, que cuando explota, explota en serio. La película estámuy bien contada y solo en los últimos actos se deja llevar un poco por la melancolía, algo entendible por lo oscuro de las situaciones que plantea. La excelente fotografía da lugar a imágenes intensas dignas de este solido film noir.