Lo mejor de nuestras vidas

Crítica de Lucas De Caro - Toma 5

“Casse-tête chinois”: comedia romántica con arte

La vida se basa en una doble pero simple cuestión: saber en qué lugar estás parado (llamémoslo “A”) y saber hacia qué lugar querés dirigirte en tu vida, es decir, cuáles son tus objetivos (“B”). Luego, se traza una línea recta desde el punto A hasta el punto B y listo. Sólo queda moverse, la vida es así de simple.
Con esa sencilla reflexión acerca del ser humano comienza la nueva película dirigida y escrita por el francés Cédric Klapisch, apenadamente titulada “Lo mejor de nuestras vidas” en Argentina. Este relato cuenta un tercer capítulo en la vida de Xavier (Romain Duris) ya que años atrás la saga había comenzado con “L'auberge espagnole” (2002) y luego siguió con “Les poupées russes” (2005). En la primera de ellas, el muchacho es un estudiante que se va a vivir a Barcelona y se instala junto a otros europeos de distintas naciones en una casa. En la segunda entrega, el hombre ya se convirtió en un escritor poco exitoso, y entre viajes de acá para allá, algunos de los otros personajes también dicen presente.
Ahora, en esta nueva oportunidad, que de todas maneras se puede ver y entender a pesar de no haber visto sus antecesoras, Xavier ya es un padre de unos 40 años de edad que tiene dos hijos y está pronto a separarse de su pareja. Como ella se muda por trabajo a Nueva York junto a sus niños, después de un tiempo él también se va para allá y aprovecha para terminar de escribir su novela. Entre el caos de la ciudad, el cosmopolitismo, el amor y los problemas de visado y en la búsqueda laboral, se desenvolverá esta enredada obra. La trama de la película está en captar las sensaciones del hombre, que se navega constantemente entre la dificultad de la vida y la sencillez de ella.
De todas formas, no por lo dramática que pueda llegar a ser el día a día del protagonista, la película no deja de ser una comedia romántica. La mujer por la que abogaremos es encarnada por nuestra amada u odiada “Amélie” (2002), Audrey Tautou, quien recién aparece en pleno desarrollo del film como una antigua compañera del muchacho. A pesar de sus 38 años, todavía con su particular encanto logra generar deliciosas mezclas entre ternura e inteligencia.
Aunque el relato no deje de ser algo que ya vimos, el punto destacable de esta película se encuentra en la dirección de arte y en los mecanismos utilizados para hacer de cuestiones simples unas bellezas en lo gráfico. Por momentos con un estilo que recuerda a "(500) Days of Summer" (2009), nos cuenta, por ejemplo, como Xavier viaja en subte a través de la imagen del desordenado mapa de la ciudad.
Seguramente la historia dejará a todos con una agradable sonrisita en la cara pero tampoco será muy recordada en los años que nos siguen. No es más que una buena comedia romántica con una muy buena dirección de arte. Por eso mismo, no es apta para personas que no pueden detenerse ni un momento y sí lo es para parejas que realmente van al cine a ver las películas.