Lo mejor de mi

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Folletín romántico sin una pizca de picardía.

El melodrama más ñoño imaginable aún sigue vivo, gracias a los best sellers románticos de Nicholas Sparks (autor de muestras del género como "Diario de una pasión") y del esfuerzo del director Michael Hoffman para que ni una chispa de picardía pueda empañar o mejor dicho, desempañar- una historia en la que en la puerta de los cines, por una vez, no entregan anteojos 3D, pero deberían ofrecer pañuelos.

James Mardsen abre la película con una heroica performance durante una catástrofe en una plataforma petrolera. Su heroísmo debería haberlo llevado a una muerte segura, pero sobrevive gracias a un especie de milagro, acompañado por una visión paradisíaca de una bella mujer en un jardín. Esa noche, la madre de familia Michelle Monaghan tiene un extraño presentimiento mientras observa un cielo estrellado.

Los dos reciben un llamado poco tiempo después, alguien muy querido los menciona en su testamento y los reúne en su pueblo natal: ambos eran novios de la adolescencia, separados por situaciones terriblmente dramáticas y aún no resueltas del todo.

La historia está contada con flashbacks que van describiendo la relación original de esta pareja que por momentos recorre todos los pormenores conocidos surgidos de la trama amorosa que se puede sintetizar con la frase "lo nuestro es imposible, somos de mundos diferentes". Es que ella es de una familia rica y él de un impresentable clan criminal, pero su amor es tan fuerte que se podría decir revive gracias a circunstancias casi sobrenaturales.

La fotografía de Oliver Stapleton tiene muy buenos momentos, y en el reparto hay buenos actores, con un par de escenas en las que se luce el personaje empecinado en reunir a los protagonistas, interpretado por Gerald McRaney (que tambien hace un buen trabajo en otro estreno de hoy, "Focus").

Como folletín "Lo mejor de mi" no deja de tener sus momentos entretenidos, aunque la duración de casi dos horas no ayuda mucho, y la música ultramelosa casi lo arruina todo. Para ver en la pantalla chica, el resultado no está del todo mal.