Lo inevitable

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

Se viene el fin del mundo y mete miedo

De Hollywood a este punto del planeta hay películas de sobra para hablar del fin del mundo y del nuevo orden. “Lo inevitable” también lo hace, pero lo muestra desde un lugar tan cercano que mete miedo. El realizador Fercks Castellani utilizó citas bíblicas y ambientó el filme con un logrado criterio estético para plantear una escena apocalíptica que atraviesa la Argentina sin necesidad de precisar detalles sobre fechas ni lugares. “Esto es una guerra” plantea Marcos (Luciano Cáceres), quien se refugia en una casona de campo junto a su hermana Juana (Juana Viale), acompañada de su hija Laura (Daryna Butryk), quien respeta más las órdenes de su tío que las de su mamá. La radio es el medio de comunicación por excelencia, por lo que se deduce que todo ocurre en la década del 20 o del 30 en el siglo pasado. Sin embargo, Castellani tiene guiños permanentes hacia la actualidad. Sobre todo cuando se cita que Juana posee un don y tiene “miles de seguidores”. O cuando refiere que se viene una sudestada y que hubo un suicidio masivo en Brasil: imposible no asociarlo al fanatismo mesiánico que comanda Jair Bolsonaro. La distopía estructurada desde una clave que pivotea en un arco que va de la fe religiosa al fanatismo de las sectas se presenta cercana en “Lo inevitable”, cuyos personajes apuntan a sacrificarse para limpiar el mundo con el propósito de recibir lo que viene, que siempre será mejor. En ese contexto, Juana primero hará oídos sordos a la profecía, pero armará un trabajo silencioso mientras el eclipse avanza y los pastores levantan su mensaje hacia su gente, que van tras ellos como ovejas de un rebaño. En síntesis, una propuesta de género con cuidado diseño de arte en una producción independiente y realizada de manera cooperativa: una buena señal del cine argentino que se sigue reinventando para desafiar la crisis.