Llámame por tu nombre

Crítica de Analía Maldonado - Loco x el Cine

Llámame por tu nombre es el nuevo film del cineasta italiano Luca Guadagnino (director de A bigger splash), basado en la novela de André Aciman que lleva el mismo nombre, con guion adaptado de James Ivory, nominado recientemente en esta categoría para los Premios de la Academia y en su rol de director por películas como Lo que queda del día, La mansión Howard y Un amor en Florencia.  Esta candidata al Oscar se estrenará el próximo 22 de febrero en la cartelera argentina.

La película no sólo se destaca por su particular guion, sino por el arte fotográfico de la mano del tailandés Sayombhu Mukdeeprom, colaborador del gran realizador Apichatpong Weerasethakul, y además, cuenta con las brillantes actuaciones de Armie Hammer (actor de Red social), Timothée Chalamet (actuó en Homeland e Interstellar), Michael Stuhlbarg (The post y La forma del agua), Amira Casar, Esther Garrel y Victoire Du Bois. Hammer y Chalamet despliegan sensualidad y frescura, mientras que Stuhlbarg y Casar muestran contención, aplomo y sabiduría.

La historia se centra en la relación entre un adolescente de 17 años, Elio Perlman (Chalamet) y Oliver (Hammer), un estudiante norteamericano de 24 años. Transcurre en un pueblo de la región de Lombardía, en la Italia septentrional. El padre de Elio (Stuhlbarg) es un profesor especializado en la cultura greco romana que recibe cada verano estudiantes para trabajar como becarios. Este verano del año 1983, Oliver es el elegido.

Elio es la figura preciada de la casa. Cuando los padres reciben visitas, él es el encargado de deleitar la noche con sus versiones de Bach tanto en piano como en guitarra. El adolescente habla tres idiomas, como su políglota madre que trabaja de traductora. Oliver es engreído y bien recibido en esta familia que ostenta intelectualidad, algo que a Elio le incomoda en un principio, pero que luego, o “later”, la muletilla de Oliver, será motivo de atracción para él.

Elio y Oliver emprenden paseos en bicicleta, ya que el primero tiene el compromiso de llevar a conocer el pueblo al huésped. En este tiempo a solas comparten charlas sobre literatura, música, chapuzones en la piscina. La tensión sexual latente hará que comience un apasionado romance de verano.

Esta historia, que podría integrar la lista de cine queer, tiene la particularidad de optar por una mirada desprejuiciada, como se demuestra en el emotivo monólogo que tiene el comprensivo padre de Elio hacia el final del film. Este romance a escondidas que vivencian los protagonistas comienza a ser socialmente aceptado desde la poderosa mirada de los padres del adolescente.