Liv y Ingmar

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Diario de una pasión??

Un documental sin riesgos narrativos, pero que logra reconstruir la relación entre el director y su musa con un grado de intimidad notable.

Si todo artista tiene una musa dueña de su inspiración, la de Ingmar Bergman fue -sin duda- Liv Ullmann, con quien no sólo filmó una docena de películas, sino también compartió una relación por momentos fogosa, por otros tortuosa, pero siempre atravesada por vínculo inquebrantable forjado a lo largo de más de cuatro décadas.

Suerte de diario sentimental y cinéfilo audiovisual, Liv & Ingmar recorre los pormenores de la relación iniciada cuando la dupla filmó Persona (1966) y culminada con la muerte del realizador en 2007. Entre medio, un sinfín de idas y vueltas, de encuentros y desencuentros, de llamadas y visitas inesperadas, que el film recupera a través de cuantioso material de archivo.

??El indio Dheeraj Akolkar se muestra como un realizador poco dispuesto al riesgo –catalogar al film como “documental televiso” es un lugar tan común como acertado-, pero capaz de lograr un grado de intimidad notable en sus entrevistas con Ullmann, quien luce con los ojos más celestes y vidriosos que nunca.