Little Joe: el negocio de la felicidad

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Jessica Hausner es una directora austriaca que en las últimas décadas se convirtió en una figura familiar del Festival de cine de Cannes, donde obtuvo reconocimiento internacional con una filmografía centrada principalmente en el drama.

Little Joe representa una inusual incursión en el cine de género donde intentó explorar el thriller de horror psicológico con algunos tintes de ciencia ficción.

La premisa en un comienzo es interesante y juega con elementos de La tiendita del horror y La invasión de los usurpadores de cuerpo.

En algún momento se filtra también alguna referencia a la remake de The Village of the Dammed de John Carpenter.

Emily Beecham, recordada por Hail Caesar! (de los hermanos Coen) encarna a una científica que cultiva una planta alterada genéticamente, cuyo polen puede generar felicidad al alterar los sentimientos auténticos.

El experimento sin embargo no resulta tan bien y se vuelve un problema cuando la protagonista se lleva la planta del laboratorio para hacerle un regalo a su hijo.

A partir de esa premisa el relato de Hausner tiene la intención de elaborar una propuesta de terror que no se enfoca en el gore o los jumpscares constantes, sino en la construcción de atmósferas inquietantes.

Algo que consigue en ocasiones a través de la colorida y gélida ambientación que rodea a los personajes y la música del compositor japonés Teiji Ito, centrada en melodías asiáticas.

Lamentablemente la narración tediosa de la directora atenta contra cualquier posibilidad de gestar momentos notables de suspenso y el visionado se vuelve monótono por la simple razón que cuesta conectarse con los personajes y el conflicto.

Tampoco ayuda un argumento caótico que intenta abarcar demasiadas temáticas a la vez sin profundizar en ninguna de ellas.

Little Joe tiene la pretensión de plantear una reflexión sobre la emancipación femenina, la salud mental, la alienación social y una crítica a la industria de los antidepresivos que no aporta nada sustancial.

Desde los aspectos técnicos no se le puede objetar nada y la labor del reparto es correcta, sin embargo la narración carece de intensidad y no ofrece nada interesante con un concepto familiar que tiene mejores antecedentes.