Línea Mortal: Al Límite

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

La experiencia de la muerte, una y otra vez.

En 1990, una película reunía a la mayoría de los actores de moda de ese momento y que reinarían en gran parte de los años venideros, alrededor de una historia de género, simple, pero con los elementos necesarios para hacerla muy atractiva.

Kiefer Sutherland, Julia Roberts, Kevin Bacon, Oliver Platt, William Baldwin, y hasta Hope Davis, se juntaban con un equipo técnico que incluía a Joel Schumacher en su mejor forma en la dirección, Jan de Bont en la fotografía, y nuestro Eugenio Zanetti en el diseño de producción, para lograr Línea Mortal, un film que quedó en el recuerdo de varios como de lo mejor del suspenso bordeando el terror de la primera mitad de esa década.

Veintisiete años después llega Línea Mortal: Al límite, remake libre que solo hace que extrañemos más a aquella, principalmente porque nada de ese talento se encuentra aquí.

Dirigida por Niels Arden Oplev, Línea Mortal: Al límite acumula una serie de fallidos desde muy temprano en su inicio.

Esta historia de un grupo de estudiantes de medicina que experimenta con la vida más allá de la muerte, trayéndose algo peligroso consigo, no solo no aporta nada nuevo (hay otros films como Resucitados que también transitan este camino), sino que lo aborda de un modo totalmente falto de inspiración.

¿Dónde está Sueiro cuando se lo necesita?:
Luego de un secuencia previa a los créditos iniciales, trágica y trillada, asistimos a una doctora. Posteriormente veremos es una estudiante de medicina, que al intervenir en la reanimación de una mujer que estuvo algunos minutos muerta, lo primero que le pregunta -antes de saber cómo se encuentra- es si vio algo, alguna luz, mientras estuvo fallecida. Este será el tono que maneje Línea Mortal: Al límite, y desde ese instante, todo irá cuesta abajo.

La doctora en cuestión es Courtney (Ellen Page), estudiante aplicada que por un hecho personal está obsesionada con saber qué hay más allá de la muerte… aunque este hecho personal, en sí, no tenga nada que ver con ese misterio.

En el sótano del hospital ella preparó todo un equipo para poder escanear la actividad cerebral durante los instantes en que fallecemos pero todavía hay actividad mental. Su idea es provocarse la muerte, experimentar, y luego ser resucitada mediante RCP.

Para eso convence sin muchos argumentos a un grupo de estudiantes que parece sacado del United Colors of Benetton, a saber: tenemos al rubio Jamie (James Norton), a la afroamericana Sophia (Kiersey Clemons), al latino Ray (Diego Luna), y a falta de una asiática está la trigueña Marlo (Nina Dobrev) que bien podría pertenecer a los pueblos originarios.

A medida que avance el film irán experimentando con la muerte. Más cuando noten que hacerlo les trae una apertura mental tal que hasta pueden recordar cosas que no sabían o no estudiaron.

Lo que no saben y pronto descubrirán es que, además de funcionar como droga deshinibitoria, el experimento trae acarreado consecuencias que pueden ser fatales cuando comiencen a tener visiones demasiado vívidas.

La muerte les sienta…:
Línea Mortal: Al límite es más que un remake innecesario, lo cual hasta sería debatible. Tampoco importa si es digna o indigna de su original. Sus problemas son estructurales.

Los guionistas Peter Filardi y Ben Ripley construyeron una historia poco sólida, con demasiados agujeros y poco incentivo para taparlos, sumado a diálogos que cuesta creer se los hayan planteado en serio.

Si a menos de media hora de iniciada ya se nos dibujó una sonrisa permanente, no será gracias a la astucia de la película, sino a la incesante catarata de errores que terminan por causar cierta gracia paródica, irónica.

El director Niels Arden Oplev, que dirigió la correcta Los hombres que no amaban a las mujeres, aquí se muestra falto de inspiración. No hay ninguna línea estética a seguir, ni siquiera funciona a base de golpes de efecto, no remarca bien los momentos de tensión. Para lograr baja calificación, carece de sangre en momentos necesariamente sangrientos, y la banda sonora es completamente aleatoria.

Interpretativamente tampoco hay demasiado para aportar, con actores como Page o Luna que sabemos están por encima de este tipo de propuestas, pero que aquí se ven atados a la imposibilidad de darle algo de verosimilitud a sus diálogos y acciones.

Conclusión:
Línea Mortal: Al límite termina causando más gracia que temor pese a su voluntad. El conjunto de escenas inconexas, diálogos indecibles, hechos inverosímiles, y personajes planos, no la dejan salir jamás del coma en que se ubica a los pocos minutos de haber empezado.