Línea de 4

Crítica de Germán Morales - Proyector Fantasma

Chicanas para crecer
El mérito más destacable de Línea de 4 está puesto en sostener todo el film entre 4 paredes y con 4 personajes. Por cuestiones obvias, se trata de un film que no aprueba el famoso test de beschdel, pero es de esas películas que no deberían tener la necesidad de pasar por ese examen. ¿Por qué?

La película tiene la base puesta en la historia de 4 amigos que se vuelven a encontrar después de un tiempo para ver la final del mundial 2014. Es eso y solamente eso. Quizás haya otro tema a discutir sobre el rol de la mujer en la vida de cada uno, pero lo central es la deuda de 4 amigos por algo que los atañe. Por eso, ¿Qué fue lo que los separó y qué fue lo que los hace unirse en un hito tan trascendental para toda la nación?

Se unen por la tradición, la cábala y el cariño. Esas cosas que hacen que cualquier juntada se produzca más allá del presente. La distancia, por otro lado, no está marcada solamente por los hechos fundamentales que se narran durante la película, sino la evidente relación de muchos años desgastada. Los actores logran retratar y exhibir muy bien esa tensión. Desde el principio, la incomodidad y la química del pasado se notan.

Eso sí, las diferencias surgen por algo. La ausencia del quinto del grupo es el fantasma que los persigue.

Porque no se trata de la separación típica por la elección de una vida diferente, claramente la película va contando de a poco y entrega suspenso. Línea de 4 es una película sencilla al mostrar una charla de amigos que crece en tensión. Una tensión entre amigos muy familiar, muy argentina o, más bien, porteña.

Los reproches, las directas, indirectas, la ironía y el sarcasmo al límite del maltrato hace que se pase del chiste y el boludeo a hablar en serio. El drama de la película sabe hacer crecer ese salto y quizás comete un error muy fundamental, el hecho que se está viendo el partido más importante de los últimos 24 años. No es un tema menor. El partido es protagonista hasta el gol errado de Higuaín, después queda en un segundísimo plano.

Queda bien justificado y la revelación es fundamental para entender el ninguneo que sufre. Aún así es chocante la charla que se genera en ese contexto.

En definitiva, más allá que el film es un drama fuerte, muestra y exhibe esa violencia gratuita que entre amigos se puede encontrar frecuentemente. En eso es exitosa, graciosa y hasta dolorosa. El tema pasa en la identificación con cada personaje. Cada uno de los cuatro se pone en una posición de superioridad sobre el resto que se hace molesta. Como si el debate a lo “Estudio Fútbol” se llevará al nivel de juzgar las posiciones y las elecciones del resto de la vida. Algo que claramente sucede en nuestra sociedad, sino no existirían programas como Intratables o El Show del Fútbol.

Por eso no se le puede poner la etiqueta de culto a la amistad que podría haber reclamado. Porque no se trata de una historia feliz y es una mirada crítica a lo que evoca, pero también es una visión humana de las reacciones ante los hechos difíciles. Algo valorable es que la relación del espectador con los personajes cambia a medida que avanza el film. No hay santos.

En definitiva, Línea de 4 es una linda pelea entre amigos, con mucha chicana. Graciosa por momentos, logra una identificación con los diálogos que alguna vez escuchamos en alguna previa.