Línea de 4

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

“Línea de cuatro”: el Tano Pasman era más divertido

Tal vez la inspiración para esta película haya sido los videos virales del "Tano" Pasman. En todo caso, por más deprimente que parezcan, esos videos eran más entretenidos que este largometraje dedicado a armar un melodrama sobre cuatro amigos que descubren amargas verdades de su pasado mientras miran por TV la no menos amarga final del último Mundial de fútbol.

La película empieza con los casi únicos exteriores, los balcones con las típicas banderas argentinas del Mundial, y luego los amigos se preparan silbando la ya olvidada canción de Credence Clearwater Revival con la letra cambiada y dedicada a los brasileños.

Pronto hay tres de los amigos ya reunidos mientras empieza el partido, y la tensión (que no iguala a la de un poster de una película de Hitchcock que cuelga en la pared del departamento), se relaciona con las empanadas que aún no llegan y el cuarto amigo, aparentemente el más conflictivo del grupo, que tampoco llega.

Una película que transcurre encerrada en un interior, con cuatro personajes muy poco carismáticos -al lado de Pasman, son unos auténticos pecho fríos del insulto futbolístico- necesita, como mínimo, un guión con muchas ideas y una puesta con un montaje imaginativo. Nada de eso hay aquí. Por supuesto, el drama evoluciona, y hasta hay un sobre con una especie de testamento de un quinto amigo que se suicidó en el último encuentro de la banda (en realidad no tan amistosa, empezando por el detalle de que no se reúnen desde el Mundial anterior).

Esto podría pasar como un mediano entretenimiento televisivo, pero no da como cine.