Lincoln

Crítica de Alejandro Venturini - Alta Peli

Para llegar a Abe

A principios de los ´50, un niño de unos cuatro o cinco años viajó con su familia a Washington DC y decidieron recorrer los lugares más significativos de aquella ciudad. Al llegar al National Mall ingresan al “Lincoln Memorial” sin dudarlo. Suben las escalinatas, atraviesan la hilera de columnas dóricas y al quedar frente a la efigie que homenajeaba al decimosexto presidente de Estados Unidos, el pequeño se frena asustado por tamaño monumento. Poco a poco, con lentitud y prudencia comenzó a acercarse con la cabeza en alto e hipnotizado por el rostro de piedra. El pequeño Spieberg no podía dejar de mirar la figura de Abraham Lincoln.

Esta anécdota, contada por el propio director, ha quedado grabada a fuego en su memoria y no es de extrañar que la primera vez que aparece Daniel Day-Lewis interpretando a Abraham Lincoln en la película, esté sentado en un sillón por sobre el resto, de una forma muy similar al monumento erigido en Washington.

“Lincoln” se centra en los últimos cuatro meses de vida y obra del líder norteamericano, mostrando los dos frentes más importantes de los que se debía ocupar: la guerra civil y la aprobación de la 13º Enmienda (que abolía la esclavitud). Ambos objetivos, complementarios entre sí, darían la paz a una nación dividida y joven pese a las continuas y tristes noticias provenientes del frente y la presión pública y política que acarreaba implementar dicha enmienda. Asimismo, los problemas no sólo giraban en torno a sus labores como presidente sino también como padre y esposo, con temas como las disputas sobre el alistamiento de un hijo al ejército, los dolores de cabeza de su esposa Mary Todd, el recuerdo de un hijo fallecido y la crianza de otro pequeño hijo inquieto. Pero, si bien Lincoln ya es un mito de la historia norteamericana, en esta película se lo humaniza a través de ciertos aspectos: alegre, melancólico, un gran narrador de anécdotas, un hombre con principios y una gran mediador.

Esta película es una adaptación parcial del libro “Team of Rivals: The Political Genius of Lincoln” de Doris Kearns Goodwin, y estuvo a cargo del guión Tony Kushner (el mismo de “Munich”) y la actuación de Daniel Day-Lewis, quien encabeza un gran reparto junto a Sally Field, Joseph Gordon-Levitt, Tomy Lee Jones y David Strathairn, entre otros. Pero no sólo el guion y los actores definen esta película, ya que la fotografía de Janusz Kaminski (el mismo que viene acompañando a Steven desde “La Lista de Schindler”) es asombrosa, al igual que el excelente montaje de Michael Kahn (también hombre de confianza del director desde “Encuentros cercanos del tercer tipo”) y la banda sonora original del reconocido compositor John Williams.

Todos los Lincoln el Lincoln

De por sí no es fácil interpretar a una personalidad histórica de tal magnitud ya que el polifacetismo brindado por las distintas versiones de la época y por las investigaciones históricas complejiza la estructuración en la ficción. Daniel Day-Lewis lo logra de una manera soberbia, su interpretación de Lincoln en todas sus caras se encuentra plasmado en la película a la perfección. En ningún momento vemos un actor, haya sido así o no el presidente, el trabajo es tan sólido que vemos a un Lincoln humano con un gran sentido del humor, con contradicciones, aciertos y errores. La dupla Spielberg y Day-Lewis funcionó tan bien desde su inicio, que incluso acordaron que en el set sólo debía subsistir el mundo de 1865, excepto las cámaras, los monitores y las luces, correspondía ser todo de aquella época para poder así representar el estado anímico de la nación en aquel entonces.

Pero, claro está, Daniel Day-Lewis no actúa solo y quienes lo acompañan realizan un gran trabajo. Comenzando por Sally Field que interpreta a Mary Todd Lincoln –su mujer- con un gran carácter y tan consistente como el propio Abraham, siguiendo por Tommy Lee Jones que realiza el mismo personaje parco de siempre y Joseph Gordon Levitt como uno de los hijos de Lincoln que siente el peso de las decisiones de su padre.

No es una biopic

“Lincoln” no es una biopic ya que, pese a contarse la historia de una personalidad como Lincoln, sólo se retrata un período de sus últimos cuatro meses en la vida de Abe que fue la etapa donde alcanzó los objetivos más trascendentales para el curso de su país. Lo destacable es que no se necesita conocer absolutamente nada de la historia de aquellos días para comprender el film, incluso se disfrutaría aún más ya que el suspense sería mayor y se explica todo claramente. Además, la película es un todo uniforme y orgánico que retrata el último período de vida del presidente sin fisuras en su narración. La estructuración es tan precisa que incluso para los que ya conocíamos el desenlace de los acontecimientos, te mantiene atento a lo que sucede de una forma excepcional y lo sentís como si no tuvieras la más mínima idea de la historia.

Conclusión

Es verdad es que “Lincoln” no trae nada nuevo consigo, sin embargo no es fácil encontrar una película que cierre en todo su espectro. La historia está contada de una forma lineal, los planos, los movimientos de cámara (sobre todo un travelling por el campo de batalla) y la fotografía son de una estética impecable, el montaje fluye y la banda sonora acompaña perfectamente; todo esto termina dando como resultado un film en el que habría que comenzar a replantearse a Spielberg como autor y rever toda su filmografía como tal.