Lightyear

Crítica de María Paula Rios - Admit One

Volver al futuro.

Quien disfrutó de la saga Toy Story, por supuesto que no le será indiferente Lightyear, uno de los muñecos predilectos del pequeño Andy. Un guardián del espacio sumamente heroico y arrojado, con una gran historia detrás. Y de esto se trata esta especie de spin off, narra las hazañas del hombre que inspiró al juguete. Claro que, en clave animada y de la mano de la dupla Disney-Pixar.

Todo comienza cuando el arriesgado Buzz, al querer salir con su tripulación entera de un planeta algo hostil, queda varado allí por un error que comete. Gracias a que cuentan con una tecnología super avanzada y con las mejores mentes del planeta Tierra, crean en este lugar una especie biosfera para poder vivir, relacionarse, y poder crear nuevamente el combustible adecuado para volver a su hogar.

Los años pasan y la misión primigenia parece imposible. La comunidad evoluciona y las personas parecen acostumbrarse a este planeta con enredaderas e insectos carnívoros. Todos, menos Lightyear, quien necesita a toda costa remendar el terrible error: los tiene que sacar de allí. Insistiendo con repetir la misión en fase de prueba, lo intenta una y otra vez en su nave; con el pequeño detalle de queda vez que sale al espacio sideral, pasan cinco o seis años. Los demás envejecen menos él.

Lightyear, tiene un hallazgo asombroso que es su compañero gatito robot, Sox, quién le añade el grado de comicidad al relato. Sox es muy divertido en su interacción con el guardián del espacio, y es una pena que este tópico no se haya explayado más en una narración que se apoya principalmente en la ciencia ficción. Es básicamente una película con mucha acción y aventuras, sin contemplar (como en otras cintas de Pixar) la complejidad de los personajes.

Es innegable el carisma de nuestro astronauta (aquí con la voz de Chris Evans), y la propia mística que conlleva solo por ser uno de los protagonistas de la saga Toy Story; aparte de esto, y narrativamente hablando, hay escenas redundantes y cansadoras. Falta la magia y la sensibilidad que le aportaban Andy, Woody, Rex y Jessy (entre otros), a nuestro heroico compañero. Buzz, te preferimos como juguete.