Life: vida inteligente

Crítica de Gaspar Zimerman - Clarín

El séptimo pasajero
En esta suerte de Alien descafeinado, una criatura acecha a seis astronautas en una estación espacial.

Seis astronautas atrapados dentro de una estación espacial con una peligrosa criatura marciana suelta por ahí, al acecho para devorarlos. Cualquier parecido con Alien no es pura coincidencia: el planteo básico de Life es el mismo. Puede decirse que es injusto comparar a cualquier película con una obra maestra, porque siempre saldrá perdiendo. Pero aquí es inevitable: Life se propone ser una Alien actualizada, según se ve y admitió su propio director, el sueco-chileno Daniel Espinosa. Lo que consigue es un producto digno, con cierta cuota de suspenso, buena fotografía y efectos especiales, pero que no deja de ser una versión descafeinada de la icónica creación de Ridley Scott.

Lo mejor de Life hay que buscarlo por el lado de la recreación de la infinidad abismal del espacio, esa negrura salpicada de estrellas a la que se asoman los protagonistas. También en los desplazamientos: el realismo es tal que se reproduce la ingravidad, con los astronautas flotando de aquí para allá no sólo afuera, sino también puertas adentro de la estación. Es decir, la tecnología de la última camada de películas espaciales funcionando a pleno una vez más. Esto está acompañado por giros de las cámaras que marean y acentúan la sensación de estar ahí, levitando junto a ellos. Nada que no se haya visto en, por ejemplo, Gravedad, pero que es, de todos modos, eficaz.

Los problemas surgen cuando escarbamos más allá de lo visual. Porque todo es bastante previsible (incluyendo un giro que intenta ser sorpresivo). Y como lo que hacen estos United Colors of Benetton espaciales (hay de varias nacionalidades, sexos y colores) es bastante técnico, los guionistas temieron que nos quedáramos afuera y, así, con la excusa de que están todos intercomunicados, los personajes van narrándonos cada uno de sus movimientos. Un relato molesto, explicativo hasta el cansancio, perjudicial para el clima de nervios que se pretende crear.

En el medio, como para darle espesura a la cuestión, se entremezclan un par de frases “profundas” sobre la lucha por la supervivencia, la vida en la Tierra y el espacio, ese espacio que, por ahora, sigue teniendo a Alien como su habitante más terrorífico.