Licorice Pizza

Crítica de Sebastián Valle - Revista HUSH

Paul Thomas Anderson pone en escena el manifiesto de Jim Morrison para la generación del ’60: “Queremos el mundo / y lo queremos ahora”. Licorice es una celebración de la juventud, de sus motivaciones, sus arrebatos, sus histerias, su falta de miedo al fracaso, y donde el drama está configurado por pequeñas tragedias amorosas.