Licorice Pizza

Crítica de Elías Ojeda - Revista Meta

Transitamos ya los últimos días de enero del año 2022, algunos cinéfilos a veces podemos acceder a películas que son dignas de un tributo, pero últimamente en los estreno de cartelera, rara vez hallamos algo que sea digno de ver en el cine, invadidos por los tanques de Hollywood, nos mal acostumbramos a consumir basura de la que nos hemos vuelto tan recurrentes, sin embargo, cuando se estrena una película de Paul Thomas Anderson (Magnolia, Boogie Nights, Phantom Thread, There Will Be Blood) deberíamos salir con amigos, familia o pareja, poder ir a una sala de cine y disfrutar.

Ambientada al inicio de los años 70s en el Valle de San Fernando, California, Licorice Pizza es un reflejo autobiográfico (según la visión de P.T. Anderson) de aquellas épocas de su vida, donde aparentemente buscar un trabajo o emprender un negocio, siendo un adolescente era algo posible, no tan así cuando se trata de establecer un vínculo amoroso, ahí es cuando se debe remar en dulce de leche, de eso se trata esta peli, de remarla y remarla para poder aproximarse hacia aquello llamado “AMOR”.

La nueva película de Anderson nos cuenta la historia de Gary Valentine, (Cooper Hoffman) un adolescente de secundaria y Alana Kane (Alana Haim) una chica veinteañera que trabaja como fotógrafa escolar donde Gary es estudiante, es en ese contexto donde Alana y Gary trazan sus destinos como en una encrucijada existencialista amorosa, él se enamora a primera vista, ella, solo busca su lugar en el mundo, a pasos pequeños se irán conociendo, queriendo, como diría Don Julio “Nos queríamos en una dialéctica de imán y limadura, de ataque y defensa, de pelota y pared”.

Pero no todo en el amor es color de rosas, y como se dijo anteriormente, hay que remarla, es allí donde la película se destaca, en cada avance, también hay un retroceso simbólico, porque cada cual por su lado, irá forjando su destino, creciendo, madurando. Como todo en la vida hay altibajos, y es ahí donde yace la destreza de Paul Thomas Anderson, con un manejo increíble del lenguaje, nos mantiene expectantes, nos invita a pasear por toda la película sin aburrirnos en ningún momento, deseando que el destino los vuelva a cruzar para darse alguna chance.

«Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.» *

Con una ternura que durante toda la película está presente, Licorice Pizza tiene brillo propio ya que su guión es soberbio, y a la vez humilde, cargado de un humor inteligente del que no estamos acostumbrados y plano a plano, tiene más cinematografía que 20 películas de Marvel o DC Comics, y es que este film tiene todo lo bueno del cine, su fotografía, su montaje, su dirección de actores, el diseño de producción, con una banda sonora deluxe que integra David Bowie entre otros. Hay que ser honestos, esta película es nuestro amor de verano este 2022, con controversias o sin, estamos ante una película de culto siendo una de las favoritas a los Oscars 2022.