Licorice Pizza

Crítica de Denise Pieniazek - Puesta en escena

Licorice Pizza (2021) es un filme escrito y dirigido por el talentoso Paul Thomas Anderson (Phantom Thread, There Will Be Blood, Magnolia, Boogie Nights, Punch-Drunk Love, The Master, Inherent Vice), narra la historia de amor entre Alana una joven de 25 años y Gary un adolescente de 15 años. Alana -interpretada por Alana Haim destacada artista musical- no está feliz con su trabajo, se encuentra algo perdida profesionalmente, con una sensación de fracaso. Por el contrario, Gary con su autoconfianza, a pesar de su corta edad constantemente está emprendiendo proyectos y tiene claras sus metas. En su niñez Gary (Cooper Hoffmanm hijo del actor Philip Seymour Hoffman) fue una estrella del mundo audiovisual a quien actualmente le cuesta admitir que ya ha crecido y que su momento de fama pasó.

Licorice Pizza ofrece una gran ambientación de época que logra representar y expresar el clima sociocultural del período, tanto desde lo visual, lo auditivo y lo ideológico. El relato inicia en 1973 ambientado en el Valle de San Fernando, al sur de California, donde los jóvenes se conocen y será el fin de la vida tal como la conocían. La diferencia de edad, que para Alana es un problema, hace que el vínculo inicie más bien en forma de amistad según pasan los años. Este es uno de los aspectos interesantes del film, y es que Anderson entiende que no es necesario marcar la exactitud del paso del tiempo, en ese vínculo en donde cada uno de ellos van creciendo por separado y en conjunto. Anderson es astuto al no representar el coito sexual entre ambos, lo cual dada la diferencia de edad generaría polémicas éticas que harían que al espectador le cueste empatizar con el relato.

A través de los años Gary comienza distintos emprendimientos comerciales junto a Alana, sin embargo, ella comienza a sentir que la diferencia de edad empieza a notarse cada vez más cuando decide tomar su propio rumbo en busca del éxito profesional. Al respecto, el único aspecto negativo que encuentro en el filme, sobre todo haciendo una lectura desde la perspectiva de género, es que Alana siempre intenta afianzarse profesionalmente a través de los hombres. Primero a través de Gary, luego junto al personaje célebre de Jack Holden (Sean Penn), seguido de su decepción del mundo de la política en el cual intenta ascender primero con su compañero de campaña Brian (Nate Mann) y luego a través del candidato a alcalde Joel Wachs (Benny Safdie). Por ende, la forma en que es representada la ambición profesional de la protagonista resulta algo patriarcal, sobre todo teniendo en cuenta que en los ´70 ya comenzaba a hacerse lugar la ola feminista.

A pesar de ello, hay que destacar que también Licorice Pizza expone y crítica muchas hipocresías de la época. Sobre todo, problematiza el accionar de los hombres maduros como Jack Holden y Jon Peters*, interpretado carismaticamente por Bradley Cooper quien a pesar de su breve aparición logra “robarse” la película. A su vez, representa muy bien la aun carente aceptación social de ciertas cuestiones, por ejemplo, al escenificar que el candidato político siente que debe ocultar su homosexualidad por miedo a que esta cuestión perjudique la votación electoral.

En conclusión, Licorice Pizza es una entretenida y dinámica coming-age que tiene la particularidad de centrarse en dos protagonistas. Alana y Gary transitarán juntos un camino de crecimiento, en donde comprenderán que primero deben encontrarse a sí mismos para luego saber a quién quieren realmente a su lado.

*Recordemos que el actor y productor Jon Peters, fue productor de A Star is Born (2018) dirigida por Bradley Cooper, y también de la versión de 1976 protagonizada por Barbra Streisand, quien fue su pareja en la vida real.