Leyenda: La profesión de la violencia

Crítica de Nicolás Taramasco - El Lado G

Tom Hardy (Mad Max: Fury Road, Warrior) se luce con una soberbia actuación al darle vida a los infames gemelos Kray en Leyenda: La profesión de la violencia (Legend), una clásica película de gángsters, dirigida por el guionista de Los Ángeles al desnudo (L.A. Confidential), Brian Helgeland.

Leyenda, basada en la novela The profession of violence: The rise and fall of the Kray twins de John Pearson, narra la historia real de los hermanos Reggie y Ronald Kray (ambos interpretados por Hardy), gemelos idénticos y gángsters que dominaron Londres en la década del ’60, y que llegaron a mantener relaciones con políticos y aristócratas de las más altas esferas británicas.

La historia comienza con Reggie Kray bajo la vigilancia de la policía (un agente de Scotland Yard muy bien interpretado por Christopher Eccleston, a quién los fanático de Doctor Who recordarán con cariño por haber sido el Noveno Doctor), ya establecido como el rey del bajo mundo del East End de Londres. Tras sacar a su hermano Ronald de un asilo mental por ser esquizofrénico psicótico, se enamora de Francés (Emily Browning) la hermana de su chófer. Los sueños de Frances de formar una familia junto con Reggie pronto se verán enfrentados a la violenta realidad del mundo del crimen. Los Kray van ascendiendo en el hampa hasta convertirse en los dueños indiscutidos de todo Londres, pero eso sólo le traerá más problemas a Reggie, quien deberá lidiar con los continuos pedidos de Francés de que abandone el crimen y se “legalice”, y con la inestabilidad mental de su hermano Ronald, que va descontrolándose cada vez más.

Brian Helgeland, el director de la película, ganó un Oscar por el guion de Los Angeles al desnudo (L.A. Confidential, 1997). Se nota que sabe cómo contar un buen thriller clásico, y cómo construir personajes duros a la vez que complejos. La historia de ascensión y caída del gángster ya fue contada innumerables veces, y Helgeland lo sabe. Tal vez sea por eso que la película, si bien mantiene la estructura clásica del género, le da un tono que parece deber más a un film romántico como An Education (2009) que a El Padrino o a las películas de mafiosos de Scorsese, lo cual la dota de cierta frescura. Se deja de lado la épica y la solemnidad para sostener la historia sobre los conflictos sentimentales de Reggie y el sentido del humor british (a lo Ricky Gervais, por ejemplo) que queda a cargo de Ronald; en lugar de las noches oscuras con mucho contraste, la mayoría de las escenas son de día, o en interiores muy iluminados. Leyenda: La profesión de la violencia es una película de amor. Sobre el amor de Reggie por Francés y el amor de Reggie por Ronald. Y cómo ambos amores no pueden coexistir. Pero lo que mejor logra Helgeland es construir dos apasionantes y complejos personajes como son los hermanos Kray, que en manos de Hardy se vuelven oro puro.

Hardy demuestra (una vez más) ser uno de los mejores actores del momento, no sólo por interpretar dos papeles que son totalmente diferentes entre sí, sino que además dota a cada personaje de muchos matices. Reggie puede presentarse como un aventurero romántico al estilo Robin Hood, para luego mostrar su lado más cruel, y aún así, hacer que el espectador sienta pena por él a continuación. Pero probablemente Ronald sea el gran logro de Hardy, una especie de Forrest Gump psicótico. Ronald es un personaje que muchas veces da miedo, por sus explosivos ataques de violencia y su brutalidad, pero que al fin y al cabo es un niño atrapado en el cuerpo de un gigante. La ingenuidad de Ronald dota al personaje de una gran dulzura (quiere levantar una compañía en Nigeria para construir casas para los niños pobres) pero también oculta una mucha agudeza (su infantil visión de la figura del gángster se corresponde más con la realidad que la del hombre de negocios que tiene Reggie).

Helgeland es un director clásico que, sin ser un virtuoso, sabe usar movimientos de cámara y música en los momentos adecuados. Por otro lado, el guión es lo que se espera de un guionista ganador del Oscar con experiencia en el género. Sin embargo, lo que se lleva las palmas es la gran actuación de Tom Hardy que se carga al hombro toda la película y así regala dos personajes inolvidables.